El diario plural del Zulia

Dios con nosotros, por Jaime Kelly

Una hermosa reflexión que llegó a mis manos me ha hecho sentir de qué manera podemos fundirnos en Dios y hacernos uno en él, de manera que sintiendo su gracia y su fuerza en nosotros podamos sentirnos más amados, protegidos y fortalecidos en él, con la seguridad de su fuerza, que actúa en nosotros, como nos dice la Palabra: “Ustedes, hijitos, son de Dios y han logrado la victoria sobre esa gente, pues el que está en ustedes es más poderoso que está en el mundo” (1Juan 4,4).

Comparto con ustedes esta sencilla reflexión: “Cierto día un joven estaba en un taller de un herrero y este se mofaba del muchacho diciéndole: ‘¿Qué es eso de que Dios está dentro de ustedes y ustedes dentro de Dios?, ¿a quién quieren hacer creer esa farsa?’ El joven quedó mudo sin respuesta. Mientras tanto el herrero seguía con su trabajo con la fragua, de repente sacó un hierro incandescente, al rojo vivo de tanto fuego. Entonces, el muchacho le dice al herrero: ‘Señor, me puede decir –refiriéndose al hierro caliente–, si el fuego está dentro del hierro o el hierro dentro del fuego?’ El herrero pensó y le respondió: ‘Bueno, aquí los dos están uno dentro del otro’. A lo que el joven replicó: ‘Así somos nosotros con Dios’.

Cuando nosotros mantenemos una relación íntima con Dios a través de la oración, que ha de ser un diálogo de amor con Dios, en el que yo le hablo, y Él me habla, Él me escucha y yo le escucho. Cuando meditamos su Palabra, la guardamos en el corazón y la ponemos por obra, cuando vivimos la vida sacramental, entonces nos vamos fundiendo en Dios, como el hierro en el fuego, y de esa manera somos purificados y al mismo tiempo, encendidos en el amor que nos lleva a la práctica de la caridad, de forma que podamos decir como San Pablo: “No vivo yo, es Cristo quien vive en mi”. (Gal.2,20)

Hermanos, nosotros los cristianos estamos llamados a ser Luz en el mundo, pues somos seguidores de Jesús, y Él es la Luz del mundo, entonces, debemos responder a la invitación del Señor, en el Evangelio en Mateo 5,10: “Hagan pues que brille su luz ante los hombres, que vean estas buenas obras y por ello den Gloria al Padre de ustedes que está en los cielos”.

Dios quiere morar en nosotros y nos ha dado su Espíritu Santo para que renovando en nosotros constantemente las promesas bautismales avivándolo con el conocimiento de sus dones, carisma y frutos, busquemos una vida en Él, para que en Gracia le recibamos en la Santa Eucaristía y seamos verdaderos sagrarios donde otros puedan ver, admirar y gozar de Su presencia a través de nosotros.

Hermanos, dejemos que el fuego del amor de Dios encienda nuestras vidas para transmitir a otros su calor y demostrar que Dios está en nosotros con su salud, su energía, su fuerza y su poder. Ante todo momento que se presente en nuestra vida, recordemos que “Dios está con nosotros”, como repite el salmista en el salmo 46 (45), “por eso no tememos”. Oremos, vivamos los sacramentos y adoremos a Jesús Sacramentado, a quien fuimos consagrados como Nación. Que Dios les Bendiga.

Lea también
Comentarios
Cargando...