El diario plural del Zulia

Derechos Humanos, salud y academia, por Judith Aular de Durán

La lucha por mejores condiciones de salud y bienestar social en Venezuela representa un largo camino de conquistas laborales y avances jurídicos destinados a hacer valer el derecho a la vida saludable.

El actual desabastecimiento de fármacos, así como la precariedad en los servicios de atención pública y privada de salud, ponen nuevamente en la mesa de discusión el tema de la salud y los Derechos Humanos.

El derecho a la salud deriva de tres principios morales y éticos: La autonomía individual, la inviolabilidad de la dignidad humana y el principio de la ciudadanía. De manera que implica la acción del Estado y de sus obligaciones correlativas a la protección, promoción y defensa de los derechos del ciudadano, condición que está fallando en el país al no existir la provisión adecuada de medicamentos y de servicios de calidad y amplio acceso.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 25 señala: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios”.

En este sentido, la academia, es decir la Universidad del Zulia (LUZ) como magna casa de estudios, se ve en la obligación de intervenir para aportar soluciones que garanticen el buen desenvolvimiento de las políticas de salud que el Estado ha implementado.

La Facultad de Medicina (FMED) de LUZ es nuestra cantera científica, de donde egresan cada año miles de Médicos Cirujanos, Licenciados en Enfermería, Licenciados en Nutrición y Dietética y Licenciados en Bioanálisis, capaces de transformar gracias a los conocimientos adquiridos en propuestas vanguardistas para la región y el país.

En tiempos de crisis estamos obligados a ser más creativos y proactivos. Todos trabajamos para que Venezuela sea el país que soñamos y debemos continuar construyendo.

Por ello es necesario creer y con ar en nuestra juventud. Las nuevas generaciones de médicos, bioanalistas, enfermeros y nutricionistas tienen la salud del pueblo venezolano en sus manos.

Son profesionales abocados al bienestar social con sumo respeto de los Derechos Humanos, que lamentablemente han tenido que emigrar porque no se les da la oportunidad que necesitan para demostrar sus capacidades en la tierra que los vio nacer.

Ojalá y el Estado recapacite y les abra las puertas de un empleo digno con un salario justo a estos jóvenes, que representan el mejor aporte que LUZ le puede dar como academia a Venezuela.

 

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