El diario plural del Zulia

Comparecencia de diputados del Parlamento en LUZ, por Ángel Rafael Lombardi Boscán

Me toca ser la voz de los universitarios indignados, de 4.500 docentes que no terminan de comprender cómo hemos llegado a este trágico colapso.

Un país sin educación superior de calidad es un país de regreso al pasado, históricamente inviable y pernoctando en las catacumbas. El actual Gobierno desprecia a las universidades públicas autónomas, las llamadas históricas, primero, montando un proyecto de universidad paralelo, y luego, exigiendo la masificación estudiantil aunque contradictoriamente manda a recortar el presupuesto universitario. No tenemos aires acondicionados, ni computadoras, ni bombillos, ni los vitales insumos para nuestros laboratorios, nuestra infraestructura se está cayendo y la endogamia académica nos pasa factura porque la producción y circulación del conocimiento está casi paralizado. No podemos atender la cantidad sacrificando la calidad. La universidad hoy luce tomada y herida en lo que ella misma representa como bastión de un proyecto de país democrático y moderno. Y aún así nos mantenemos en pie y seguimos defendiéndola aunque necesitamos aliados para recomponerla.

Paso a enumerar los aspectos claves de nuestra problemática.

-Salarios deprimidos, insuficientes, para atender nuestras necesidades más básicas. Un profesor universitario a dedicación exclusiva, Titular, con dos postgrados, incluso algunos obtenidos en universidades extranjeras de renombre, con todos sus trabajos de ascenso al día y 20 años de servicio apenas cobra $36 mensuales netos, pero como todos ustedes deben de saber están los descuentos de la seguridad social que compromete casi la mitad de lo devengado. Es por ello que las renuncias de nuestros docentes han sido masivas produciendo una fuga de cerebros insustituible.

-La relación Estado/Gobierno con las Universidades es una relación rota y bajo el signo de la desconfianza y hostilidad. La cuál se manifiesta no sólo en la reducción del presupuesto universitario, cada año es más deficitario, sino en el desconocimiento de la Autonomía universitaria.

El TSJ no nos permite llevar a cabo nuestros procesos electorales; vía Gaceta nos mutilan espacios físicos claves de la ciudad universitaria sin proceder a los acuerdos mínimos; la OPSU nos deroga la política del ingreso estudiantil, y finalmente, nos imponen sendas Contrataciones Colectivas Únicas desde el año 2013 desconociendo al patrono natural de los trabajadores universitarios: nuestras autoridades, y de paso, ningunean a la FAPUV, la representación gremial legítima de los profesores universitarios a nivel nacional.

-Todo esto hace resentir nuestras metas académicas. Si no se dignifica el trabajo de los universitarios y desbloquea la actual situación de estrangulamiento institucional y financiero se seguirá resintiendo la docencia, investigación y extensión.

-Nuestro campus universitario es tierra tomada por el hampa. Los robos son masivos y contribuyen al desmantelamiento de nuestros escasos bienes. Requerimos de ayuda externa policial y militar para combatir éste flagelo sin menoscabo de nuestra Autonomía.

-Tampoco vamos a evadir nuestras responsabilidades internas. Hay procesos, situaciones y temas en la que estamos fallando y merecen revisarse y corregirse. Poner orden en la casa, establecer las auditorías que vigilen la transparencia de nuestros procesos es algo perentorio.

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