El diario plural del Zulia

Cecilio Acosta: un héroe civil, por Jorge Sánchez Meleán

El 1° de febrero es una fecha importante en Venezuela, no por el nacimiento de ningún personaje de vida contradictoria y generador de odio entre los venezolanos, sino porque en esa fecha, en el año 1818, nació en San Diego de los Altos, estado Miranda, “la gura más apolínea del humanismo venezolano” al decir de Luis Beltrán Guerrero: Cecilio Acosta. Este venezolano eminente, catalogado por el escritor colombiano Don José María Samper como “una de las más altas glorias de nuestro continente y de nuestra raza”, no es conocido como merece por sus conciudadanos, quizás por ser un civil cuya única arma era su intelecto, en un siglo de luchas fratricidas liderado por militares. La historia oficial ha sido lamentablemente orientada solo a la exaltación del caudillismo. El pretorianismo recurrente ha truncado al civilismo desde los tiempos de Vargas, su tarea de educación ciudadana. Por ello es necesario, cuando los herederos del militarismo secular y sus súbditos están destruyendo la Patria, volver la mirada a los héroes civiles de la talla de Cecilio Acosta. Debemos conocerlos,aprender de sus enseñanzas, que no han sido valoradas ni difundidas como ha debido hacerse. Los héroes no son solo aquellos que usaron uniforme y ejercieron un poder a veces crudo y duro. Son también aquellos hombres sin uniforme, que nos legaron su pensamiento y un testimonio de rectitud. Es allí donde nace nuestra perpetua heredad. Acosta pertenece a la generación de intelectuales de la independencia y la república, al lado de Juan Vicente González, Fermín Toro y Rafael María Baralt. Fue un polígrafo notable en diversos campos de la actividad intelectual, como orador,poeta y prosista, manejando temas de jurisprudenciahistoria, política, economía, critica,sociología,educación y filosofía. Tal formación fue producto de sus años de estudio en el Seminario de Santa Rosa de Lima en Caracas y en la Universidad Central. Su personalidad, de talla y dimensiones poco comunes, rebasó las fronteras patrias, recibiendo el honor de ser designado Miembro Correspondiente de la Real Academia Española de la lengua en Venezuela.

Cecilio Acosta entonces, al decir de J. Rodríguez Iturbe, “es motivo de esperanza no solo por lo que supo, sino por el uso de la rectitud insobornable que dio a su saber; por el afán de servicio al prójimo; por su testimonio perenne de amor filial; por su patriotismo desinteresado; por su capacidad ilimitada de sacrificio en pro de la mejoría de la humana condición de sus contemporáneos y compatriotas; por su universalismo”, a pesar de no haber traspasado nunca las fronteras de la Patria. Es a guras como estas a las que debemos honrar con mucho trabajo, sin interrupciones demagógicas, cuando nos acercamos a la conmemoración del bicentenario de su nacimiento. Él expresó frases como estas en 1868, que tienen hoy plena vigencia: “No queremos que la tiranía, que busca tinieblas, tenga adoradores, ni la ignorancia, que la sirve, prosélitos”.

 

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