Antonio Urdaneta // Autodeterminación de los pueblos

Ya nadie es capaz de negar, y que alguien lo crea, que en Venezuela impera un régimen militar dictatorial. Nicolás Maduro cuando se percató de que su respaldo popular era inferior al 15% del electorado, le entregó el país, con carácter definitivo, a una mafia castrense incursa en todo tipo de negocios ilícitos, incluyendo el narcotráfico y el blanqueo de dinero. Ningún civil, desde que somos república, a lo largo de 190 años, fue tan benévolo con los uniformados como el heredero usurpador. Es bueno recordar que Nicolás Maduro usurpó la Presidencia de la República, el mismo 10 de enero de 2013.

Es obvio que el sustituto forzado de Hugo Chávez, es hoy la mejor expresión del títere más incondicional que han tenido los militares venezolanos en toda su historia. Da asco ese funesto personaje de los bajos fondos de un falso partido político socialista. Se ha prestado el forajido para la comisión de crímenes de toda índole, ordenados por la cúpula militar que se ha adueñado de Venezuela y de sus riquezas, ahora materializadas en la mayor barbarie ecocida que conoce hasta hoy la humanidad.

Dicho esto, quiero referirme, en lo que resta de este artículo, a la clásica cantaleta de quienes han sido los peores dictadores del mundo, incluso los más perversos y sanguinarios, como son los casos de Fidel Castro y ahora de Maduro y su mafia militar. Se trata de ese principio democrático conocido con la denominación de “autodeterminación de los pueblos”.

En efecto, en todo país regido por un sistema político democrático, dicho principio es prácticamente una reglita de oro. Pero escuchar a Nicolás Maduro invocando tal derecho, es para desternillarse de la risa. ¿Acaso hay pueblos que escogen a una dictadura militar, para sentirse “autodeterminados”? Es innegable que los dictadores usan tal principio como chantaje.

Para concluir: si en una dictadura es inaplicable la autodeterminación de los pueblos, entonces la intervención extranjera es una opción, cuando una sociedad se plantea el rescate de su democracia.