El diario plural del Zulia

Ángel Montiel | El diario Panorama, un ícono del Zulia que agoniza

Al igual que muchas cosas que eran unos verdaderos íconos de Venezuela que sucumbieron sobre todo durante el nefasto régimen de Hugo Chávez uno de los símbolos del Zulia que aparece en gaitas, en narraciones poéticas y que era parte integral de la región está agonizando.

Me refiero a Panorama el diario que inmortalizó Rafael Rincón González en una de sus danzas.

Panorama era sinónimo de buen periodismo durante una larga trayectoria. Fue fundado por Abraham y David Belloso Rosell en el año 1.914 en pleno centro de la ciudad de Maracaibo en la popular plaza Baralt para pasar después a las manos de Ramón Villasmil, en 1917 y Luis Guillermo Pineda, Eduardo Emiro Ferrer y Carlos Ramírez McGregor en 1946 que decidió otorgarle la presidencia a Pineda. Muriendo este, su hijo Esteban Pineda Belloso pasa a dirigir el diario y en los últimos años antes de extinguir su circulación impresa su hija Patricia Pineda.

Allí estuvo por muchos años en el gran centro comercial de la segunda ciudad más importante del Zulia lo que hacía que el diario matutino fuera parte integral de la idiosincrasia marabina, al punto que la gente  hablaba de Panorama como sinónimo de periódico.

En su proceso de transformación tecnológica y de crecimiento, Panorama se mudó a la gran sede que actualmente se conserva allí en la avenida Las Delicias cerca del elevado de Padilla donde se apagaron sus rotativas por última vez y quizás para siempre en mayo de 2019.

Panorama fue una gran escuela cátedra de enseñanza y aprendizaje del periodismo y como todo negocio periodístico tuvo su pro y su contra, sus benefactores y sus detractores.

En este punto es difícil para un periodista juzgar a Panorama, pero lo que quiero destacar en este artículo y que ese símbolo zuliano no está ya en las calles, no está en los quioscos y lo acabó el régimen de Chávez con toda su intención y perversidad de, digamos, una forma indirecta, no como hizo con Radio Caracas Televisión.

En las páginas de Panorama escribían políticos e intelectuales de distintos pensamientos, de izquierda y de derecha, personajes de distintas confesiones religiosas que siempre se expresaban con toda libertad. Lo bueno era que informaba y lo malo o debilidad era que se casaba con el gobierno de turno, vale decir, le abría las puertas al gobernante. Malo o bueno, no soy quien para juzgarlo.

Era una ventana abierta para la información desde su página de sucesos, pasando por internacionales, política, farándula y sociales.

Para muchos zulianos lo primero antes de salir a la calle era informarse con Panorama.

Definitivamente este diario centenario se convirtió en una institución para el Zulia y es lamentable su agonía porque un medio que cierra es una voz del pueblo que se apaga.

Todo esta historia comenzó a declinar cuando el régimen chavista restringió el uso del papel para darle un manejo político a la información de los medios impresos. Y en ese grupo cayó Panorama.

Siempre he defendido la libertad de prensa, aunque la línea editorial no sea de mi agrado. Es la libertad de expresarse por encima de todo.

La libertad de prensa forma parte del tejido de una sociedad auténticamente democrática.

Las tiranías creen que es mejor reinar en el silencio que dejar escuchar las voces que las perturben.

Quizás con el diario Panorama como tribuna abierta para todas las tendencias se convertía en esa palabra que temen los tiranos.

Los regímenes que pretenden perpetuarse en el poder intentan acabar con cualquier voz discordante que se salga de su narrativa acallando los medios de prensa y su independencia para manejarlos a su antojo.

Con el fin de Panorama el Zulia pierde parte de su historia que después será recordado en los tiempos por venir de la Venezuela libre y democrática que todos aspiramos. Muy lamentable como también se nos muere otro ícono: el Lago de Maracaibo.

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