El diario plural del Zulia

Yeison Rojas, el apureño que gana fama en Chile como maestro parrillero

El venezolano ingresó a un equipo de competencias de asados y participó en dos oportunidades. Su primer triunfo fue con otros amigos con los que armó un equipo parrillero

La esencia gastronómica venezolana se vino en la maleta de Yeison Alfredo Rojas Bello, un apureño que sin dejar sus raíces desde muy joven hizo vida en San Cristóbal, estado Táchira y que hoy triunfa en Santiago de Chile gracias a su talento para asar carne.

Yeison es paramédico graduado en el Instituto Universidad Gran Colombia. Tiene más de 15 años de experiencia y además es técnico en rescate y emergencias pre-hospitalarias, certificado por la Sociedad Venezolana de Medicina Emergencias y Desastres.

Emigró en enero de 2018, por tierra. Hizo delibery cuando recién llegó. Le pegó el invierno. "En 8 meses solo libré 5 días y uno de esos días me ofrecieron buen pago por hacerle delivery a un restaurante y aquí nunca llueve o si llueve en invierno, es poco. Ese día llovió todo el día. Era tanto el frío que no podía enclochar la moto y como a las 2:00 de la madrugada me puse a llorar", recuerda.

En agosto de ese año se llevó por aire a su esposa e hija. Con la llegada de la pandemia fue absorbido por una clínica domiciliaria de cuidados intensivos y en paralelo comenzó a ganar fama como maestro parrillero.

"Toda mi vida e asado carnes tipo familiar. Me dicen: 'El parrillero de las fiestas', pero aquí la clave fue que conocí a una persona muy respetada en el mundo de los asados, Carlos Pinto, y él me impulsó mucho más", sostiene.

Rojas ingresó a un equipo de competencias de asados y participó en dos oportunidades. Su primer triunfo fue con otros amigos con los que armó un equipo parrillero. "Ganamos el 3er lugar en la Competencia Nacional de Asadores y quedamos de 4to lugar en la clasificación general. Eso nos llevó a eventos de música llanera. Me llaman muchas empresas y gente natural para que les ase", explica.

Entre semana, Yeison se dedica a sus labores en la clínica y los fines al asado.

El crecimiento, asegura, es demasiado rápido. Hace algunas semanas lo llamaron para hacerle un cochino en vara al cantante Jorge Guerrero y eso, en sus palabras, fue un espectáculo cárnico. "El cerdo quedó deshuesado, pero entero, sin perder la forma y con su sabor acaramelado", detalla.

Hoy se enfoca en montar su propio negocio de carnes en vara.

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