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Venezolano brinda herramientas emocionales a pacientes con Covid-19 en el mundo

Lenin Tremont, periodista y psicoterapeuta zuliano, radicado en Ecuador, junto a Nelly Hodelin, especialista cubana en pedagógica, han logrado atender totalmente gratis, vía online, a personas de México, Estados Unidos, España, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Chile, Panamá, Colombia y Venezuela

El paso del coronavirus por el mundo no solo ha despertado diversos problemas en los ciudadanos, también ha permitido que los profesionales de la salud física y emocional pongan en práctica sus conocimientos para la ayuda de los afectados.

Tal es el caso de Lenin Tremont Franco, un periodista y psicoterapeuta venezolano que ofrece apoyo emocional a portadores de Covid-19, dentro y fuera de Ecuador, gracias al centro de capacitación, atención y orientación Amables y Francos.

El recinto de salud fue creado desde hace más de un año junto a su socia, Nelly Hodelin Amable, especialista cubana en pedagógica y educación superior. Desde esta trinchera buscan “educar para la vida” con el fin de “que la gente sea feliz”, una misión que tomó otro nivel con la llegada de la pandemia del virus de Wuhan.

En la actualidad, Tremont y Hodelin no solo atienden a la comunidad venezolana y a los ciudadanos de Guayaquil, lugar donde residen, ahora dan apoyo a todos aquellos que necesiten de su guía como especialistas.

Gracias al internet hemos podido dar repuesta a los portadores del Covid-19 y ha sido satisfactorio, ya que todos podemos ser víctimas del coronavirus. Lo mejor es tener las herramientas emocionales para resolver cuando nos atrae el miedo o la tristeza”, expresó Tremont, oriundo de Maracaibo.

Emociones negativas, la puerta al virus

El zuliano, de 45 años, quien por muchos años de desempeñó como profesor universitario, enfatiza que la razón que lo llevó a atender a pacientes de Covid-19, fue porque comúnmente los afectados presentaban emociones, como el miedo y la tristeza, que disminuían su sistema inmunológico. Un factor que “daba paso a la predisposición de las enfermedades respiratorias”. “El momento donde el Covid hace su trabajo”.

El psicopedagogo, quien en Venezuela fue encargado de instituciones educativas y medios de comunicación, detalla que la presencia de estas emociones negativas también activan las hormonas y se genera la baja de las defensas. Así como también “se puede abrir la puerta a virus, bacterias o cualquier otra enfermedad que pueden acelerar las consecuencias del coronavirus”.

Ante esto los especialistas diseñaron un método para brindar atención a sospechosos o personas contagiadas de coronavirus. También son orientados los familiares de los enfermos e incluso los dolientes.

Hasta la fecha han logrado atender totalmente gratis, vía online, a personas de México, Estados Unidos, España, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Chile, Panamá, Colombia y Venezuela.

No solo le brindamos herramientas a los contagiados, sino también a sus familiares, incluso, a los allegados que necesitan cerrar algunos duelos que no han sellado porque fallecieron sus seres queridos y aun están conmocionados”, comenta.

Este método terapéutico, diseñado por Tremont y Hodelin, fue llamado “Rendirse y renacer” con el que buscan acercar a los pacientes para conocer cuáles son los orígenes de sus miedos y darle herramientas para superarlos. “Algunos tienen temor a morir, otros a dejar a sus familias solas”, afirma.

Venezolanos en pandemia y fuera de su territorio

Tremont señala que en el caso de sus compatriotas tienen otros padecimientos fuera de los que genera el propio virus. Fallecer en el exterior lejos de los suyos, enviar dinero a sus familiares y mantener un trabajo estable en medio de la pandemia son algunos de los temores que enfrentan los migrantes venezolanos.

“Todos tenemos en nuestro inconsciente un territorio real y simbólico, el primero es el cuerpo, la casa, carro, trabajo, entre otros. Mientras el segundo es nuestra esposa, hijo, madre, familiares en si (…) Cuando se sale de Venezuela se deja parte de ambos territorios. Al llegar a otro sitio y enfrentar la pandemia se empieza a tener mucho miedo al ver que el virus es real y que los efectos son mortales”, describe el especialista.

A esta situación, añade el zuliano, se suma la preocupación que el migrante pueda ser echado del lugar donde reside, un hecho de xenofobia que sigue latente en Ecuador.

“Detrás de cada tragedia hay oportunidad”

Ante estas situaciones, el comunicador detalla a Versión Final algunas de las terapias o herramientas que emplean para dar apoyo a los pacientes en general, es decir, portadores del virus o personas naturales.

“Debido a estas situaciones lo primero que hacemos es buscar la emoción que los afecta para que la acepten y así empezar a generar confianza en sí mismo. Además, buscamos que entiendan que detrás de cada tragedia hay una gran oportunidad”, agrega Tremont.

Empezar a ver la vida y lo que sucede desde otra óptica y buscar otros aspectos positivos de lo que está pasando, son otras de las recomendaciones en general que da el profesional de la educación emocional.

Comenzar a vibrar alto, ser más creativos, compartir consigo mismo, lograr un vínculo de posibilidad con sus amigos en redes sociales, hacer ejercicios de gimnasia pasiva. También hay que limpiar la casa interior para eliminar los elementos que generan zozobra”, aconseja el zuliano.

Pioneros en educación emocional

Los encargados del centro Amables y Francos aseguran ser los únicos profesionales en el mundo que han dado un enfoque a la educación emocional con énfasis en la gestión de emociones en la bioneuroemoción y la biodescodificación de enfermedades.

Con estas especialidades los tratados logran mejorar las relaciones personales consigo mismo, incluso, con el amor, dinero o trabajo. Además, ayudan en su evolución de las empresas, escuelas o familias, al buscar el bienestar, material, físico, social, emocional, mental a través del análisis del conflicto.

La formación continua de la educación, la resolución de complicitos y la inteligencia emocional son otras de las atenciones que ofrece el centro de capacitación, atención y orientación que “ha calado mucho” en Guayaquil.

En función de lograr que las personas desarrollen sus competencias emocionales nosotros nos afincamos mucho en la conciencia emocional que consiste en que los pacientes logren reconocer sus emociones y las de los otros por medio de la observación, el comportamiento, pensamientos y acciones”, expone el zuliano.

Para lograr esto Tremont y Hodelin, utilizan herramientas como la programación neurolingüística, el oponopono, la psicoterapia, la física cuántica, la psicología positiva o transpersonal, para que las personas “logren identificar sus egos y poder autoregularse”. “En ese camino nos apoyamos en la reparación consiente, la meditación y en el inconsciente colectivo e individual”, enfatizan.

Tras un año de creación este centro ya cuenta con consultorio y aulas de clases donde forman a psicoterapeutas, profesionales en gestión de emociones y a pedagogos emocionales, un perfil que no existe y que estos dos especialistas lo construyen con el fin de innovar en el área bajo el apoyo y aval internacional de una institución mexicana.

También disponen con una escuela para padres orientada al estudio de su gestión de emociones. Además, ofrecen herramientas a los niños “para que desde pequeños aprendan a identificar sus sentimientos básicos como la ira, asco, tristeza, miedo y la alegría”.

Tremont puntualiza que las personas luego de conocer sus emociones “y que logran desprogramarse tienen una vida más feliz”.

Buscamos que la gente sea feliz, porque hacerlo es una elección. Si lo elegimos ser felices cambiamos nuestra percepción de la vida”, añade.

Mientras la pandemia de Covid-19 pasa, el especialista venezolano ratifica que es una situación temporal y que las personas “no se deben enfocar en el punto negro de la hoja blanca”. Una reflexión válida para cualquier parte del mundo.

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