El diario plural del Zulia

Un venezolano fue clave para la llegada del hombre a la Luna

El hombre, oriundo de Maracaibo, estudió con complejos cálculos matemáticos cuál era el lugar más apropiado para que Neil Armstrong dejara la primera huella humana en la luna

Una reseña de un periódico de febrero de 1969 anunciaba que el astrofísico venezolano Héctor Rojas (1928-1991) viajaría a la luna "dentro de dos años". Nunca ocurrió, a pesar de que estaba incluido en el grupo de elegidos para una misión puramente científica.

El hombre que estudió con complejos cálculos matemáticos cuál era el lugar más apropiado para que Neil Armstrong dejara la primera huella humana en la luna, el físico inexplicablemente olvidado por la historiografía oficial de la NASA, fue clave para que los astronautas alunizaran con seguridad en el módulo Eagle aquel domingo de julio de 1969. Y hay que recordar que cualquier atisbo de riesgo habría abortado la operación, reseñó Crónicas de Chile.

En 2019, la NASA desclasificó tres de los cuatro documentos que se cree que confeccionó Rojas para que el paso de los astronautas por la luna fuera lo más seguro posible, dentro del trabajo que desarrolló este científico para el programa Apolo entre 1966 y 1971.

Rojas, nacido en Maracaibo, tenía raíces españolas, pues su madre, Francisca, era natural de Asturias.

En buena medida, esta desclasificación se produjo por la presión de su biógrafo, el también venezolano de origen gallego Pierre Monteagudo, autor de dos libros sobre el científico hispano que ha agrupado bajo el título Expediente Rojas.

"Lo logramos gracias a distintos actos jurídicos que ejercimos amparados en la ley de libertad de información", explica Monteagudo, que recuerda que el Gobierno estadounidense aún mantiene clasificados algunos documentos elaborados por Rojas, en concreto un cuarto estudio que tenía interés militar o el mapa selenográfico que elaboró sobre el relieve lunar.

Toda esta información se guardó con celo para que los soviéticos, que competían por llegar antes a la luna, no pudieran beneficiarse de ella. Monteagudo consiguió los originales por una carambola, en el Observatorio de París, donde Héctor Rojas trabajó durante un tiempo.

 

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