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Trump releva a su jefe de campaña en plena caída en los sondeos

El exvicepresidente demócrata Joe Biden aventaja a Trump en casi nueve puntos (48,7% a 41,1%) según el promedio de las encuestas de ámbito nacional elaborado por Real Clear Politics

Donald Trump ha anunciado este miércoles por la noche, a menos de cuatro meses de las elecciones, el relevo de su jefe de campaña, Brad Parscale, un movimiento que evidencia la preocupación por la caída en los sondeos. Parscale, un experto digital de 44 años, será sustituido por Bill Stepien, un veterano asesor republicano que ejercía de número dos. “Brad Parscale, que ha estado conmigo mucho tiempo y ha liderado nuestras increíbles estrategias digitales y de datos, seguirá en el papel, como asesor senior de la campaña”, señaló Trump en Facebook, según indicó el diario El País.

El exvicepresidente demócrata Joe Biden aventaja a Trump en casi nueve puntos (48,7% a 41,1%) según el promedio de las encuestas de ámbito nacional elaborado por Real Clear Politics. Una encuesta hecha pública este mismo miércoles, de la Quinnipiac University, elevaba la diferencia a 15 puntos. Preguntado por ello el martes, el republicano quitó hierro a los números y aseguró que no se veía a sí mismo perdiendo en noviembre. La campaña, sin embargo, había entrado ya en una zona de turbulencias. Tras el fiasco de su mitin en Tulsa (Oklahoma), donde congregó a apenas 6.000 personas cuando se esperaban decenas de miles, Michael Glassner, organizador de los mítines, fue reubicado. Parscale también quedó en la cuerda floja.

El suyo había sido, como todo lo que tuvo que ver con la victoria de Donald Trump en 2016, un éxito inesperado, heterodoxo, ajeno a las normas no escritas de la política estadounidense. Ni tenía experiencia política, ni procedía de uno de esos think tanks o laboratorios de ideas de Washington. Consiguió, sin embargo, que las etiquetas #MakeAmericaGreatAgain y #MAGA [siglas en inglés de Hacer América Grande De nuevo] dominasen la conversación en Twitter y en Facebook.

Llegó a la campaña como una suerte de gurú digital avalado por el yernísimo Jared Kushner después de haber estado trabajando para el imperio Trump creando las páginas webs de varios negocios. Tras su hazaña electoral, ya en febrero de 2018 el republicano lo ascendió y lo nombró jefe de su campaña para la reelección el próximo noviembre.

La magia ya no parece funcionarle esta vez, o quizá el país sobre el que prueba esa magia ya no es el mismo. Los sondeos arrojan una conclusión similar sobre Trump. Paradójicamente, su popularidad vivió su mejor momento —aunque siempre en niveles bajos— después del proceso de impeachment del que salió absuelto en el Senado a raíz del escándalo de Ucrania. En su pulso con Biden, sin embargo, siempre ha salido perdedor; y en las últimas semanas la brecha no ha hecho más que crecer.

(Lea también: Trump planea seguir bloqueando acceso a sus impuestos en caso de Nueva York)

El derrumbe económico causado por la pandemia ha liquidado su gran baza electoral, la buena marcha de la economía y el nivel de paro casi inexistente. Por contra, Estados Unidos vive ahora su mayor crisis desde la Gran Depresión. Y la gestión de la pandemia de coronavirus ha resultado especialmente errática: no ha dejado de contradecir a sus propios expertos, ha negado hasta la saciedad la gravedad del virus y ha animado a cometer imprudencias a los ciudadanos.

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