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Tener muchos amigos en redes sociales contribuye a desarrollar adicción al celular

Pese a que la presión social digital se constituye como factor de riesgo independiente, no sucede lo mismo con un factor que sí ha demostrado ejercer una importante influencia en el riesgo de desarrollo de una adicción al smartphone: el desorden o desestructuración social

Un estudio en el que participa la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) vinculó la presión social digital y el número de seguidores en las redes con las posibilidades de desarrollar adicción al celular.

Como parte de su trabajo, los investigadores analizaron el comportamiento en las redes sociales de 2.820 usuarios españoles de smartphones.

Basándonos en la literatura científica reciente sobre la ecología social de la adicción a los celulares inteligentes, examinamos la presión social digital (SDP) y la adicción. Observamos también la influencia de variables como las personalidades de los usuarios, la angustia psicológica, el apoyo social y condiciones de vida social residencial en esta adicción”, explica Alberto Urueña, del Grupo de Organización, Administración de Empresas y Estadística y uno de los autores de este estudio.

En contra de lo que muchos pudieran pensar, tener muchos amigos en las redes sociales puede convertirse por sí solo en un factor de riesgo para desarrollar una adicción al smartphone, reseñó Europa Press.

“Los resultados de los análisis indican que la Presión Social Digital (SDP, por sus siglas en inglés) se relaciona positivamente con la adicción a los teléfonos inteligentes. Esta influencia es independiente de los efectos que pueden tener otras variables como los rasgos de personalidad la depresión o el bajo apoyo social”, detalla Urueña.

Como consecuencia, para los investigadores la presión social digital puede ser una variable relevante para comprender el riesgo potencial de adicción al celular.

El entorno sí influye

Sin embargo, pese a que la presión social digital se constituye como factor de riesgo independiente de otros elementos analizados, no sucede lo mismo con un factor que sí ha demostrado ejercer una importante influencia en el riesgo de desarrollo de una adicción al smartphone: el nivel de desorden o desestructuración social.

Nuestros resultados indican que cuando se vive en un barrio con altos niveles de desorden social hay también mayores niveles de PSD. Es algo que ya habíamos constatado en estudios previos sobre las condiciones sociales residenciales y la adicción a los teléfonos. El contexto comunitario aumenta el potencial de situaciones estresantes para los residentes”, asegura el investigador de la UPM.

Debido al desorden social existente en sus lugares de residencia, estas personas pueden refugiarse en sus amigos virtuales como medida para evitar la vida comunitaria.

“El uso de teléfonos inteligentes ayudaría a estos usuarios a llenar este vacío. Esto llevaría a algunos de ellos a interactuar en contextos de elevada presión social digital y les pondría en una posición mucho más vulnerable frente a las adicciones”, añade Urueña.

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