El diario plural del Zulia

Se llama Rafael Trompiz, tiene 44 años y en Pucón, al sur de Chile, es considerado un héroe

Rafael emigró con el segundo embarazo de su esposa, en 2018. Sus ingresos como adjunto en la unidad de hemodiálisis del Hospital Universitario Alfredo Bandriquen le resultaban insuficientes para pagar la cesárea. Así que aceptó la invitación de un amigo y colega del Departamento de Salud de Pucón. Y no fue fácil

Es tan valorado que el diario La Voz de Pucón le dedica un extenso reportaje: "Llegó a Chile en busca de recursos que le permitirían pagar la cesárea de su esposa y se transformó en el encargado de la unidad que atiende y le da seguimiento a los pacientes del virus en la comuna", se lee.

Trompiz, falconiano de nacimiento, es Jefe de la Oficina de la Unidad de Covid y trabaja entre 12 y 14 horas diarias para cuidar a los enfermos con el virus.

Pese a su valía no ha podido traer a su esposa y dos hijas (a la menor solo la conoce por video llamada) por falta de documentación.

Rafael emigró con el segundo embarazo de su esposa, en 2018. Sus ingresos como adjunto en la unidad de hemodiálisis del Hospital Universitario Alfredo Bandriquen le resultaban insuficientes para pagar la cesárea. Así que aceptó la invitación de un amigo y colega del Departamento de Salud de Pucón. Y no fue fácil.

"Tuve que hacer clases de pintura y ukelele. Nada que ver con la medicina porque ni siquiera la cédula tenía. El RUT recién me sale 8 meses después de llegar. Soy pintor autodidacta y estudié 4 años música y por eso di clases de ukelele en algunas escuelas”, recuerda.

Pese a su estabilidad económica, la corrupción con la emisión de los pasaportes de su familia les impide traerla.

“Llegué con 80 kilos y me entró una depresión y estoy pesando como 140. La depresión no es fácil y a veces me da por comer", relata.

Aún así es el primero de la primera línea. Visita a diario a los pacientes golpeados por la enfermedad. En La Voz de Pucón se lee: "No hay una estadística de a cuántos esto les ha salvado la vida, pero los casos existen. Tal vez más de lo que se cree. Y a eso hay que sumarle que el doctor participó de una de las primeras unidades especializadas en el país de pesquisa y trazabilidad de casos. Es decir, el doctor inmigrante, desplazado y con la familia lejos, fue parte de un proyecto innovador en Chile y que, probablemente, le dio chances a la gente y permitió que algunas (quizás muchas) vidas no se pierdan en la pandemia".

Lea también
Comentarios
Cargando...