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Profesora venezolana creó orquesta en Santiago con 350 músicos migrantes y chilenos

La gestora de la iniciativa fue la venezolana Ana Marvez, quien tras su arribo al país austral encontró trabajo como secretaria en una escuela de arte donde pudo conocer de primera mano la realidad de sus compatriotas

Cansada de ver cómo el talento musical de decenas de inmigrantes se desperdiciaba a raíz de la falta de oportunidades laborales en Chile, una profesora de Música y directora de coro formó desde la nada una orquesta multicultural que hoy ya cuenta con 350 integrantes.

La gestora de la iniciativa fue la venezolana Ana Marvez (34) @anamarvez7 , quien tras su arribo al país encontró trabajo como secretaria en una escuela de arte donde pudo conocer de primera mano la realidad de sus compatriotas. “Tuve mucha suerte… Ese no era el caso con la mayoría de mis compañeros… Trabajando de cualquier manera que pudieran: como cajeros, niñeras, guardias de seguridad, porteros”, contó al portal del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR), de acuerdo con lo recogido por Crónicas de Chile.

Me dije a mí misma: ‘esto no puede ser. Estos talentos se van a desperdiciar’. Como música, sé que si no tocas constantemente, sucede lo mismo que con los atletas: pierdes tus habilidades y los años de entrenamiento”, recordó.

De inmediato, se llevó a casa 30 currículums y comenzó a llamar a los músicos que llegaban a solicitar empleo a la escuela de arte. “Les preguntaba si estarían dispuestos a reunirse los fines de semana para comenzar una orquesta y dar clases de música”. La respuesta, casi siempre era positiva, reporta BBC de Chile.

Así comenzó a tejerse la red artística que dio origen a la Orquesta de la Fundación Música para la Integración, integrada hoy por 350 músicos, la mayoría de ellos refugiados y migrantes venezolanos, pero con exponentes de diversos países, entre ellos Colombia, Perú, México e incluso Chile.

La fundación cuenta con una sinfónica, un conjunto coral y variados talleres para niños. Y si bien la mayoría de los trabajos son voluntarios, la entidad reparte los honorarios que recibe por sus clases y los más de 100 conciertos que registra hasta la fecha.

La fundación se ha convertido en una especie de espacio de rehabilitación emocional, a medida que atraviesan el proceso de adaptación en Chile”, contó Ana.

"Le demostramos a la sociedad y al mundo que podemos hacerlo, que una mujer que tiene todas las desventajas por ser extranjera… Pudo hacer realidad un proyecto tan hermoso", dijo, citada por BBC.

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