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Pence insiste en mano dura contra Pyongyang

El número dos de la Casa Blanca alertó sobre la ofensiva propagandística de Pyongyang para los Juegos de invierno que empezarán el viernes,

Estados Unidos quiere impedir que Corea del Norte "secuestre la imagen" de los Juegos Olímpicos de PyeongChang (Corea del Sur), aseguró este miércoles su vicepresidente, Mike Pence, en medio del deshielo entre Seúl y Pyongyang con motivo del evento deportivo.

El número dos de la Casa Blanca alertó sobre la ofensiva propagandística de Pyongyang para los Juegos de invierno que empezarán el viernes, y anunció nuevas sanciones unilaterales contra el régimen, durante una visita a Japón antes de viajar a Corea del Sur para la apertura del evento deportivo.

"No permitiremos que (Corea del Norte) esconda tras la bandera olímpica la realidad de que esclaviza a su población y amenaza a otros países", advirtió Pence en una rueda de prensa en Tokio tras reunirse con el primer ministro nipón, Shinzo Abe.

El vicepresidente estadounidense se desplazará el jueves a Corea del Sur y estará presente en la ceremonia inaugural de los JJ. OO. del viernes donde desfilarán juntos los atletas del Norte y el Sur, y a la que asistirá también una delegación de alto nivel enviada por el régimen de Kim Jong-un.

"Estaré allí para animar a nuestros atletas, pero también para permanecer junto a nuestros aliados y para recordar al mundo que el régimen norcoreano es el más tiránico y opresivo del planeta", subrayó.

Pence aprovechó la ocasión para anunciar que Estados Unidos aplicará una nueva ronda de sanciones económicas contra Corea del Norte, "las más duras y agresivas hasta la fecha" y destinadas a poner fin a sus programas armamentísticos.

Estas nuevas medidas punitivas "serán desveladas próximamente" y están dirigidas "a continuar aislando a Corea del norte hasta que abandone de una vez por todas sus programas nuclear y de misiles", dijo el presidente, quien no dio más detalles de las futuras medidas.

Las sanciones adicionales van en línea con la estrategia frente a Pyongyang que defiende la Administración de Donald Trump, y que se basa en "no repetir los errores del pasado", en "maximizar la presión" sobre el hermético régimen y en "mantener abiertas todas las opciones".

Pence recordó que las dos Coreas ya desfilaron bajo una bandera unificada en los Juegos Olímpicos de verano de 2002 y de 2004, así como en los de invierno de 2006, y que después de todos esos gestos conciliatorios "vimos a Corea del Norte continuar con sus amenazas y provocaciones".

La insistencia de la Casa Blanca en este enfoque contrasta con el ambiente de distensión que se respira entre Seúl y el régimen Juché con motivo de la cita olímpica, y mientras el Ejecutivo surcoreano prepara un posible encuentro con la delegación norcoreana de alto nivel que acudirá al evento deportivo.

 

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