ONU: Solo 2,3% de las pruebas de coronavirus en Venezuela son PCR

La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha, por sus siglas en inglés) informó que Venezuela ha realizado 16.577 pruebas con el método de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), apenas 2,37 % del total de pruebas aplicadas en el país para diagnosticar la presencia del nuevo coronavirus.

En su cuarto reporte de situación sobre el COVID-19 en el país, publicado la noche de este 22 de mayo, la agencia indica que las autoridades reportaron un total de 697.691 test de diagnóstico que en su mayoría son pruebas rápidas cuyos resultados dependen del día de aplicación.

El documento reseña que se incrementó la capacidad del laboratorio del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel en Caracas, único centro acreditado para realizar la prueba PCR, el test de mayor fiabilidad a nivel mundial, y actualmente está procesando “unas 600 pruebas PCR diarias“.

“El aumento en la capacidad de aplicación de pruebas PCR es una prioridad para la respuesta considerando que las pruebas rápidas tienen una sensibilidad limitada si son realizadas a personas con menos de 5-8 días de haber sido infectadas”, dice el informe.

Diagnóstico conclusivo en frontera

Ocha también resalta la importancia de aumentar la capacidad de “diagnósticos conclusivos” en los puntos de entrada de venezolanos, con el fin de evitar la propagación en otros estados. Entre el 6 de abril y el 21 de mayo, 45.905 personas retornaron al país y 510 de ellas dieron positivo a la prueba de COVID-19. Sin embargo, indica que algunas personas recibieron el diagnóstico luego del traslado a sus estados de destino.

Explica que 1.000 personas regresan al país diariamente por las fronteras terrestres. Agrega que, desde el comienzo de la cuarentena, otras 40.000 personas ingresaron al país, muchas de las cuales hacían migraciones pendulares, “resultando en un retorno de más de 80.000 personas según cifras oficiales”.

El texto también destaca que “no hay información oficial” sobre el número de personas retornadas desde Guyana y Trinidad y Tobago hacia los estados Delta Amacuro y Sucre.

Ocha asegura que la letalidad en el país se mantiene en 1,1 y resalta que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomiendan que el relajamiento de las medidas de cuarentena sea gradual y siga “criterios epidemiológicos”.

“También recomienda un incremento masivo del número de pruebas de diagnóstico para identificar los casos, una vez identificados deben aislarlos y sus contactos deben cumplir una cuarentena”, dice.

Falta de combustible

La agencia de las Naciones Unidas afirma que las organizaciones humanitarias en Venezuela siguen reportando obstáculos operativos por las restricciones de circulación y acceso. Resalta que la falta de un suministro estable y fiable de combustible es una de las principales limitaciones para las labor de las organizaciones humanitarias en todo el país.

Indica que se estableció un mecanismo para el suministro de gasolina con el Ministerio de la Defensa para los vehículos de las Naciones Unidas, y buscará ampliarse la medida para facilitar el movimiento de los socios humanitarios en medio de la escasez general de gasolina.

También abogará por el otorgamiento de más “salvoconductos” para diversos actores humanitarios que forman parte del Plan de Respuesta Humanitaria y deben asegurar la implementación de sus programas.

Mejorar servicios

Ocha también alerta sobre las interrupciones y limitaciones del funcionamiento de los servicios públicos de electricidad, agua y gas doméstico.

“En varios estados, especialmente del occidente del país y la región andina, se registran cortes de energía prolongadas, y que impactan también en los niveles de suministro de agua y en el rendimiento de la red de telecomunicaciones. Se han reportado protestas en algunas comunidades sobre el funcionamiento de servicios públicos”, señala.

La oficina de las Naciones Unidas subraya que las intervenciones humanitarias para prevenir la propagación de COVID-19 deben estar acompañadas de una respuesta a las demás necesidades de las personas afectadas.

“Si bien los esfuerzos en las áreas de salud y agua, saneamiento e higiene adquieren la primera prioridad, así como la ampliación del apoyo a las personas retornadas, es necesario que, cada vez más, la respuesta humanitaria prevista en otros sectores más allá de la COVID-19 pueda ser implementada, así como los programas que protegen el bienestar y fomentan el desarrollo a largo plazo”, añade.