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Más de 10 mil evacuados por inundaciones en Italia regresan a sus viviendas

La cifra de desplazados bajo de 36 mil a 26 mil este fin de semana. Las consecuencias de las lluvias le costarán al país europeo "miles de millones de euros", según detallaron las autoridades. Hasta el momento, se han reportado 14 las víctimas mortales

Las fuertes precipitaciones registradas en Italia han producido que desde mediados de mayo fuesen evacuadas miles de personas a raíz de las inundaciones. Hasta este lunes estará la "alerta roja", con 26 mil personas desplazadas. 

Más de diez mil personas desplazadas en los últimos días por las inundaciones en la región de Emilia-Romaña, han podido volver a sus casas, mientras continúan las labores de limpieza y el control de corrimientos de tierra, lo que más preocupa a los habitantes de la zona.

Según las últimas actualizaciones de las autoridades, la cifra los desplazados para este domingo llega a 26 mil, mientras que a inicios de este fin de semana superaban los 36 mil 600. Hasta el momento, se han reportado 14 las víctimas mortales.

La mayor parte de los desplazados son de la provincia de Ravenna, la más afectada, mientras que otros 4 mil 918 son de Forlì-Cesena y mil 906 de Boloña. Más de 5 mil personas siguen siendo acogidas en instalaciones de la Protección Civil, escuelas y polideportivos, mientras que el resto fueron reubicadas en alojamientos alternativos en medio de la contingencia.

Protección Civil informó que todavía hay 43 municipios inundados y unos 305 corrimientos que afectan a 54 pueblos. El desastre desatado ha provocado daños cifrados en miles de millones de euros por las autoridades regionales, quienes detallaron que numerosas infraestructuras están destrozadas y 622 carreteras se mantienen cerradas.

La primera ministra, Giorgia Meloni, adelantó su regreso de la cumbre del G7 de Hiroshima y este domingo visitó las zonas afectadas, con lo que convocó un Consejo de Ministros extraordinario para desembolsar las primeras ayudas y exenciones fiscales.

Mientras tanto, en Roma, activistas climáticos tiñeron de negro el agua de la famosa Fontana di Trevi, diciendo que las inundaciones son "una advertencia de la naturaleza".

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