El diario plural del Zulia

José Lucena, el nadador que vence limitaciones y sobrevive gracias a una bicicleta

Este joven venezolano sufre de una discapacidad motora, pero tiene mentalidad de acero y corazón de fuego. Aspira, en algún momento, participar en las para-olímpiadas de Tokio

No le pongan obstáculos a José Lucena porque los vence. Es un guerrero.

Este venezolano de 31 años es selección nacional paralímpico en natación y despuntó siempre en la clase S09, formado en la escuela “Tiburones sobre ruedas” con sede en el Instituto Nacional de Deportes (IND).

José, quien llegó a Santiago el 17 de febrero de 2019, representó a Venezuela en juegos para-suramericanos y para-panamericanos, y aspiró, en algún momento, a participar en las para-olímpiadas de Tokio.

Cuando llegué aquí pude seguir entrenando en el Estadio Nacional. He participado en competencias nacionales en Chile (en representación del Club Unlimit). Soy campeón nacional e impuse récords en las pruebas de mi categoría. Lamentablemente, cuando inició la pandemia, dejé de entrenar por el cierre de los complejos deportivos y sigo esperando volver a tocar el agua”, detalla.

Al arribar a Chile, Lucena, quien se graduó como Técnico Superior en Publicidad, buscó trabajo en su campo, pero no consiguió, y tras recibir una llamada desde el Ministerio del Deporte de Venezuela anunciándole su clasificación a los juegos para-panamericanos de Lima 2019, se concentró en entrenar para competir.

Y a pesar de tener 8 meses sin entrenar y prepararse solo por tres meses, no le fue mal. Llegó a las finales de todas sus pruebas y se ubicó en el cuarto puesto en cada una de ellas.

“Después estuve trabajando de Über en un auto hasta que un día me lo quitaron por usar esa aplicación, me multaron, así que comencé a trabajar de delivery en bicicleta, principalmente para poder evitar multas por papeles y todo eso. Hasta el día de hoy sigo en lo mismo”, refiere este venezolano con discapacidad motora, pero con mentalidad de acero y corazón de fuego.

 

Cree que es un buen trabajo, en el que se gana bien, pero el mayor problema es el riesgo permanente de ser arrollado por autos y micros. “Acá la forma de conducir de las personas es muy ofensiva y bueno hay que adaptarse a eso, pero eso es lo más peligroso”, afirma.

A los migrantes venezolanos los invita a seguir adelante siempre. “Estamos en tierras ajenas y lo que nos queda es trabajar y seguir adelante, demostrar que los buenos somos más y que estamos dispuestos a echarle pichón por nosotros y para ayudar a nuestros familiares. Muchos salimos con esa intención...”.

¿Cómo valoras a los venezolanos migrantes en el mundo y en Chile?

Me he rodeado de pura gente trabajadora, de gente buena. Me he enterado de personas malas que roban y hacen lo malo y bueno, por eso es que debemos dar la cara para que la gente se dé cuenta que no todos somos ellos y que también somos personas buenas y trabajadoras. Conozco a personas que, para poder tener un mejor futuro, trabajan tanto que duermen menos de cuatro horas para seguir trabajando. Ellos son un verdadero ejemplo.

¿Cómo ha sido su relación con los chilenos?

He tenido buena relación con los chilenos, aunque conozco muy pocos, los que conozco son muy buenas personas, gracias a dios hasta el momento no he conocido malas personas. ¿Que es lo que más te gusta y lo que menos de Chile como sociedad? Lo que no me gusta es como conducen. Solo eso. Espero, este comentario no sea mal visto (Ríe).

¿Qué mensaje le das a la migración venezolana en Chile y el mundo?

Que sigamos adelante, que a pesar de que estamos viviendo momentos muy difíciles somos fuertes y podemos seguir construyendo nuestro futuro. No bajemos los brazos y sigamos demostrando que somos personas buenas y trabajadoras, que tenemos buenas costumbres y que no somos malos como en muchas partes nos hacen ver.

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