El diario plural del Zulia

Jhoagny Contreras, la futbolista tachirense que pasó de vender choclos en Perú a jugar en la primera división chilena

"Fue así que llegué a @evertonviña tocando puertas. Me dieron la oportunidad de presentar unas pruebas y quedé en el equipo. Hoy me preparo para empezar de nuevo".

Tenía 15 años cuando @jhoagnycontreras inició su rodaje como futbolista en su natal San Cristóbal, estado Táchira. Vivía en un pueblito llamado La Fundación.

"Un sobrino de mi padrastro llamado Leonel Ochoa, conoció al profesor Alexander Dulcey, DT de la categoría sub 15 del Deportivo Táchira, quien le preguntó si conocía a niñas que jugarán fútbol. "Él respondió que sí y me llamó. Me quedé sin palabras porque solo jugaba con los hombres y no tenía mayor experiencia", recuerda.

La prueba fue el 15 de septiembre de 2015, en la “cancha 12 de febrero". Llevaba guayos y canilleras prestadas. Acudió con tres primos y el esposo de una prima. Su propia barra. Jhoagny no sabía ni siquiera sobre posiciones en el campo. "Inició el juego y nadie me pasaba el balón. Como a los 20 minutos busqué la pelota e hice 4 goles. Todas las niñas y el profesor me felicitaron", reseñó Crónicas de Chile.

En su debut quedó campeona y goleadora con la sub15 y en el torneo de la sub16 volvió a titularse y a destacar como máxima anotadora. "Entonces me subieron a primera división y fui a un módulo de la Vinotinto. Debuté a los 16 años con el equipo de mis amores: Deportivo Táchira. Duré desde el 2015 a 2018 y quedé subcampeona. Luego me llamó el profesor Vento, de Estudiantes de Mérida, y jugué una campaña con ellos".

Ese año la crisis acabó con la liga femenina. Muchas jugadoras quedaron en el aire. "Yo me preparaba para que algún día me llamaran a la selección, ya que en el módulo que me convocaron no me fue muy bien y quería volver. En 2021 decidí emigrar de mi país", detalla.

Salió de Venezuela por pasos no habilitados. Llegó a Perú porque hasta ahí le alcanzó el dinero. La recibieron sus primos y comenzó a trabajar en el Mercado Unicachi. Se paraba a las 3:45 am para estar a las 4:00 am en su trabajo. "Vendía choclo y nunca en mi vida lo había hecho, pero por necesidad y poder venirme a Chile lo tuve que hacer por 22 días", cuenta.

Reunió 100 dólares para llegar a Arica, donde la recibió su mejor amiga, quien le consiguió trabajo limpiando habitaciones de un motel. Con ella volvió a entrenar y a jugar. "Ahí nos vieron y nos dijeron para jugar un ANF7. Quedamos subcampeonas y me contacto el DT de San Marcos de Arica para que jugara con ellos un campeonato súper corto", recalca.

Así, volvió a revivir ese amor por el fútbol y decidió que en 2022 presentaría pruebas con algún equipo de primera división de Chile.

"Fue así que llegué a @evertonviña tocando puertas. Me dieron la oportunidad de presentar unas pruebas y quedé en el equipo. Hoy me preparo para empezar de nuevo".

Lea también
Comentarios
Cargando...