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Guterres saluda la distensión entre las Coreas pero lo considera insuficiente

El secretario general de la ONU comentó que no se ha avanzado en la "cuestión central", en referencia a la "desnuclearización" de la península coreana

El secretario general de la ONU, António Guterres, alertó este viernes de la posibilidad de un conflicto nuclear en la península coreana y, aunque aplaudió los recientes avances entre Seúl y Pyongyang, no los consideró suficientes.

Guterres hizo estas declaraciones al intervenir en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC), un foro clave sobre política internacional que se celebra hasta el domingo.

"En las últimas semanas se ha producido una mejora en las relaciones intercoreanas", reconoció Guterres en referencia al restablecimiento del diálogo entre los dos países y la apertura de una línea telefónica directa entre ambos ejércitos.

No obstante, agregó el secretario general de la ONU, no se ha avanzado en la "cuestión central", que es la "desnuclearización" de la península coreana, un proceso que necesita de la voluntad de dos actores principalmente, EE. UU. y Corea del Norte, para iniciar un "debate significativo".

"Estados Unidos parece dispuesto", dijo en referencia a las últimas declaraciones en este sentido del secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson.

Ahora la comunidad internacional debe "mantener la presión" para que Pyongyang acceda asimismo a iniciar un diálogo.

Guterres aplaudió la "unidad" del Consejo de Seguridad de la ONU en este ámbito -en comparación con "completa ausencia de unidad" con respecto a Siria- y consideró que es "esencial" que se mantenga esa "significativa presión" sobre Corea del Norte.

Un conflicto nuclear sería "un desastre de consecuencias catastróficas", advirtió.

La agenda de la MSC está cargada de temas como Siria, Yemen, Corea del Norte o Ucrania y entre los participantes destacan el secretario de Defensa de EE. UU., James Mattis, el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, y la primera ministra británica, Theresa May.

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