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Francia anuncia la muerte de un jefe yihadista en Sahel

La ministra informó de la muerte del jefe yihadista en un avión de gira por varios países de la región del Sahel, donde unos 4.500 militares franceses están desplegados en el marco de la operación antiyihadista Barkhane

El marroquí Abu Abderahman al Maghrebi, considerado el número dos de una organización yihadista vinculada a Al Qaida, fue abatido por las fuerzas francesas en Mali a principios de octubre, anunció este martes a la AFP la ministra francesa de Defensa, Florence Parly.

El yihadista alias Ali Maychu, líder religioso del Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (GSIM), murió "en la noche del 8 al 9 de octubre" en Mali, en coordinación con las fuerzas malienses y el apoyo estadounidense, precisó Parly.

La ministra informó de la muerte del jefe yihadista en un avión de gira por varios países de la región del Sahel, donde unos 4.500 militares franceses están desplegados en el marco de la operación antiyihadista Barkhane.

Ese marroquí era "el segundo terrorista más buscado en Sahel, incluso por los estadounidenses", declaró la ministra en el avión que la llevó de Gao, en Mali, hacia Francia.

Se convirtió en el líder espiritual antes de participar en la fundación del GSIM en 2017 con Iyad ag Ghali, el número uno de la organización, y planear su expansión en el Sahel.

El GSIM ha reivindicado grandes ataques en el Sahel desde su aparición oficial en 2017.

Cerebro de la expansión de Al Qaida en el Sahel, Ali Maychu es la segunda figura de importancia del GSIM abatido este año, tras la muerte del argelino Djamel Okacha, alias Yahya Abu El Hamame, en febrero.

"Se trata de la neutralización de un personaje muy influyente. Es muy importante desorganizar estos movimientos en profundidad (...), pero es necesario continuar esta labor de lucha contra el terrorismo", declaró a la AFP Parly, quien también estuvo en Burkina Faso, donde se reunió con fuerzas especiales francesas.

Burkina Faso también está sumida desde hace casi cinco años en una espiral de violencia atribuida a movimientos yihadistas, algunos afiliados a Al Qaida y otros al grupo Estado Islámico.

La violencia comenzó en el norte de Malí, que cayó en manos de grupos yihadistas vinculados a Al Qaida entre marzo y abril de 2012, aprovechando la derrota del ejército frente a la rebelión de mayoría tuareg, que en un principio era aliada a estos grupos y después fue apartada.

Los yihadistas fueron en gran parte expulsados o dispersados tras el lanzamiento en enero de 2013 de una intervención militar, a iniciativa de Francia, que continúa actualmente.

Sin embargo, la violencia yihadista persiste y se propaga desde el norte al centro del país, y hacia Burkina Faso y Níger, mezclándose a menudo con conflictos intercomunitarios que han dejado cientos de muertos.

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