El diario plural del Zulia

Elliot Abrams reconoce que fue un error de EE. UU. no apoyar las negociaciones lideradas por Noruega

Sobre el apoyo internacional, el enviado de Trump para ocuparse directamente del caso Venezuela opina que, a pesar de que hubo una cooperación considerable entre las democracias que respaldaban a la oposición venezolana», en momentos claves hubo falta de cohesión

Elliot Abrams, quien se desempeñaba desde 2019 como enviado especial de EEUU para atender la crisis en Venezuela, durante el mandato de Donald Trump, explicó a través de un artículo las 10 razones por las cuales, a su juicio, la política de sanciones y campaña diplomática emprendida por el gobierno norteamericano, no ha logrado «desalojar»a Nicolás Maduro del poder.

De acuerdo al exfuncionario estadounidense, el apoyo económico y de inteligencia de Cuba, Rusia, China e Irán, principalmente, ha logrado que el gobierno de Maduro no se sienta «aislado» y se debilite «el impacto tanto de las críticas internacionales como de las sanciones económicas».

Considera que las «sanciones económicas amplias que no afecten directamente a las élites gobernantes no cambiarán su conducta»Abrams explica que, a pesar de que «Estados Unidos impuso amplias sanciones a las exportaciones venezolanas, los gobernantes venezolanos aún podían moverse libremente por América Latina y Europa».

A su vez, señala en su artículo que, la oposición venezolana nunca pudo demostrar a los ciudadanos que eliminar el gobierno de Maduro conduciría a una mayor prosperidad. Abrams develó que los «Departamentos de Estado y del Tesoro de los Estados Unidos tenían planes económicos detallados que habrían dado dinero en efectivo a todas las familias venezolanas y habrían puesto en marcha la economía»; sin embargo, nunca se publicitaron.

A su juicio, los líderes del chavismo «deben ver alguna forma de sobrevivir» después de algún cambio en el gobierno.  «En Venezuela, ni Estados Unidos ni la oposición hablaron de manera suficientemente convincente sobre las amnistías o formas de justicia transicional que permitirían a los funcionarios visualizar un futuro para ellos mismos en la Venezuela posterior a Maduro».

Los militares tampoco «fueron persuadidos de que en un período posterior a Maduro tendrían un papel importante, protegido y honrado».

Sobre el apoyo internacional, el enviado de Trump para ocuparse directamente del caso Venezuela opina que, a pesar de que hubo una cooperación considerable entre las democracias que respaldaban a la oposición venezolana», en momentos claves hubo falta de cohesión.

«El Alto Representante de la UE trabajó en ocasiones en contra de los Estados Unidos, siguiendo un camino diferente y trabajando con líderes de la oposición que no formaban parte del principal grupo de oposición», criticó.

También recomienda a EEUU y otros países aliados, apoyar las negociaciones entre la oposición y el gobierno de Maduro.

«En Venezuela en 2019, las diferencias internas en la administración Trump significaron que nos mantuvimos al margen (y criticamos intermitentemente) las negociaciones lideradas por Noruega. Esto debilitó la oportunidad de la oposición de utilizar las conversaciones para sus propios objetivos, incluidos acuerdos parciales que podrían haber liberado a presos políticos o permitido el regreso de algunos exiliados», enfatizó en su artículo publicado en cfr.org.

Abrams también reconoció que fue un error decir que «todas las opciones estaban sobre la mesa». Advirtió que, «si no hay ninguna intención de usar la fuerza militar, nunca se deben hacer las amenazas».

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