El diario plural del Zulia

Candidato a presidir Cataluña se compromete a lanzar secesión de España

El candidato a presidir Cataluña, Carles Puigdemont, prometió este domingo en su discurso previo a la investidura lanzar un proceso de secesión en esta región nororiental de España, mientras el país se encuentra sin gobierno tras las elecciones legislativas de diciembre.

"Necesitamos (...) iniciar el proceso para constituir un Estado independiente en Cataluña, para que las decisiones del parlamento de Cataluña sean soberanas", aseguró, pocas horas antes del voto en el que el parlamento regional con mayoría independentista lo invista como nuevo presidente regional en sustitución de Artur Mas.

En un inesperado giro de los acontecimientos, Mas cedió el sábado a las presiones de sus detractores y renunció a ser reescogido. Así, permitió la formación de un gobierno apoyado por conservadores, progresistas y anticapitalistas cuya misión sera proclamar en 18 meses la independencia de Cataluña.

Este domingo por la noche, el Parlamento catalán escogerá como su sucesor a Puigdemont, periodista de 53 años y miembro del partido de Mas. Poco conocido fuera de la región, con una corta carrera política, desde 2011 es alcalde de Girona, ciudad de 97.000 habitantes a 100 km norte de Barcelona.

"Les prometo que me dejaré la piel", aseguró en el parlamento, en cuyas puertas se concentraron decenas de militantes con banderas independentistas. "Nos queda el último tramo para culminar el proceso iniciado hace unos años (...) Pero lo coordinaremos con éxito", auguró.

Los independentistas, divididos tras las elecciones régionales del 27 de septiembre, disponían hasta este domingo a medianoche para escoger un nuevo presidente regional antes de verse forzados a convocar unos nuevos comicios que ponían en peligro su mayoría absoluta.

En Madrid suenan las alarmas

En Madrid "en las últimas semanas decían con entusiasmo que Cataluña se estaba hundiendo (...) A partir de ayer volvieron a saltar todas las alarmas", se regocijó Mas este domingo.

Mientras los independentistas concentran sus fuerzas, España se encuentra sin gobierno y con un tablero político muy fragmentado tras las elecciones del 20 de diciembre, ganadas por el presidente de gobierno conservador Mariano Rajoy pero lejos de la mayoría absoluta.

Con la región más rica del país y segunda más poblada en rebeldía, el gobierno en funciones insistió en la necesidad de que "el próximo gobierno de España cuente con una amplia base parlamentaria que garantice la estabilidad y la capacidad" para "hacer frente al desafío independentista".

Rajoy quiere pactar un gobierno de su Partido Popular con los socialistas del PSOE, segunda fuerza en España, y Ciudadanos (centroderecha), nacido en Cataluña para combatir el nacionalismo.

Pero el PSOE busca una alianza con la izquierda radical de Podemos que también requeriría a fuerzas independentistas de Cataluña. Pero la situación en Barcelona les dificulta la tarea.

"¿Cómo explicamos ahora que los que buscan la independencia en cuestión de meses son los que facilitan que lleguemos al Gobierno?", declaró anónimamente un dirigente socialista al periódico digital progresista El Diario.

Su portavoz Antonio Hernando evitó pronunciarse sobre pactos, pero ofreció "su apoyo al gobierno en funciones para hacer respetar la ley". "No hay mejor manera de enfrentarse al independentismo que ver al PP y el PSOE juntos", respondió el portavoz conservador Fernando Martínez-Maillo.

"Señor Más de lo mismo"

Una vez aparcadas sus divisiones ideológicas, los independentistas quieren arrancar el plan que prometieron aplicar tras las elecciones de septiembre, en las que consiguieron un 47,8% de los votos de los catalanes.

Este plan quedó plasmado en una resolución parlamentaria aprobada el 9 de noviembre lanzando la secesión y declarándose insumisos a las instituciones españolas, especialmente al Tribunal Constitucional que pocas semanas después declaró ilegal este texto.

Su estrategia estuvo a punto de fracasar por las discrepancias entre la coalición Juntos por el Sí (62 diputados), con conservadores y progresistas, y la izquierda radical Candidatura de Unidad Popular (10 diputados) que rechazaba como presidente a Artur Mas, finalmente sustituido por Puigdemont.

"Hoy vamos a investir al señor Mas, al señor Más de lo mismo", criticó con cierta gravedad la líder de la oposición, Inés Arrimadas, de Ciudadanos, señalando que ambos creen que "pueden estar por encima de las leyes democráticas y de la justicia" aplicando su plan separatista.

El pacto garantiza la estabilidad del próximo gobierno de Puigdemont dado que obliga a la CUP a no dejar en minoría frente a los 63 diputados no independentistas. Entre sus primeras leyes del ejecutivo estarán la elaboración de una administración tributaria y una seguridad social propias.

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