El diario plural del Zulia

Ana José Silva González, la delivery criolla que supera la adversidad en Chile por amor a su hija

Esta portugueseña, de 22 años, graduada en la Unidad Educativa Nacional "Los Cortijos", busca el pan para ella en Santiago de Chile, a donde llegó con su descendiente

La historia de Ana José Silva González es la historia de coraje y amor de millares de madres solteras en Venezuela. La diferencia es que su batalla diaria es en un país que no es el suyo y en medio de una pandemia que ata y complica aún más.

Esta portugueseña, de 22 años, graduada en la Unidad Educativa Nacional "Los Cortijos", busca el pan para ella en Santiago de Chile, a donde llegó con su hija en abril de 2019, como delivery, un oficio con abundantes riesgos.

Su primer trabajo fue en un KFC y el escenario la sobrepasó. No solo debía preparar comidas sino también limpiar baños y la limpieza total del local con un horario bastante agotador: Salía a las 11:00 p. m. y muchas veces se extendía a la 1:00 o 2:00 de la madrugada del siguiente día para entrar a laborar ese mismo día a las 10:00 u 11:00”.

Por su hija se le hizo muy complicado. Renunció porque ninguna cuidadora podía atenderla hasta esas horas de madrugada, así que poco después trató de adaptar sus horarios a una venta de tizana, pero la pandemia la limitó. Fue un amigo el que le habló de trabajar como delivery, pero antes debía comprar una bicicleta. “Hice cejas a domicilios para poder comprármela”, detalla.

El trabajo le permite mantenerse. Pudo incluso comprarse una bici-moto, sin embargo, asume sus riesgos. “Hace poco me lanzaron una piedra para robarme, pero la piedra solo me pegó en un pie. Bajé la cara y continué rápido hasta salir del lugar donde me pensaban robar la moto”, cuenta.

Ana José siente orgullo de los venezolanos que emigraron a Chile. “En los momentos más difíciles he llorado, pero mirando hacia arriba, pidiéndole a Dios que me ayude y me acompañe en todo momento. Se que no soy única en pasar momentos difíciles, somos varios que trabajamos de manera honrada y responsable”.

¿Que es lo que más te gusta y lo que menos de Chile como sociedad?

Chile es un país hermoso, me encanta su cultura y sus bellos paisajes, he tenido varios amigos chilenos muy buenas personas, pero estos últimos meses de pandemia conocí una parte de la sociedad muy mala. Hay muchos asesinatos por simplemente robar un auto. Siento que hace falta mucha seguridad sin mencionar los atropellos de las micro a cuyos conductores al parecer les regalan las licencias de conducir.

¿Sientes que eres una influencia positiva?

Totalmente, mientras me enfoque en mí y mi hija sin hacerle daño a nadie, seré una persona con influencia positiva hacia el mundo, ayudando al que pueda ayudar y trabajando horadamente como lo hecho desde el día de mi llegada a Chile.

¿Qué mensaje le das a la migración venezolana en Chile y el mundo?

Mi mensaje sería que sigan haciendo lo que hoy día hacen, trabajar y conseguir el sustento para sus familias. Que no olviden mirar a sus costados y ayuden a todo aquel que les sea posible ayudar, que Dios se los compensara más adelante, y sobre todo les diría: No se pongan límites de crecimiento personal y profesional, la vida se encarga de colocarnos muchos retos, pero para superarlos no para quedarnos enfrascado en ellos.

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