El diario plural del Zulia

Doble moral cubana en busca de un salvavidas

Venezuela y Estados Unidos muestran las costuras del discurso de Raúl Castro. Los intereses para su gobierno pueden más que los vínculos ideológicos. No sorprende por el descaro en su posición, pero se comprende por la fuente de donde surgen serias posturas con dos perspectivas diferentes.

En eso concuerdan expertos consultados por Versión Final en torno del discurso de los hermanos Castro, quienes desde La Habana le gritan al mundo que respaldan a Venezuela “frente al criminal decreto de Obama”, pero al colgar el teléfono, ese con el que se comunican con Miraflores, llaman a la Casa Blanca para decirle al propio Presidente de Estados Unidos “wilconjón” (welcome home, que en español es bienvenido a casa), “mi quererte mucho a ti”.

El pasado sábado 12 de marzo, las agencias informativas más importantes del mundo destacaron que el mandatario cubano manifestó su “apoyo incondicional a Venezuela y al presidente Nicolás Maduro antes de la marcha convocada por el oficialismo venezolano frente al decreto de Estados Unidos contra Caracas”, como por ejemplo, reseñó AFP.

Entre jueves y viernes, casi como una cerrera de caballos, firmaron el plan anual de colaboración Cuba Venezuela y otros documentos que profundizan los vínculos económicos y de colaboración en áreas priorizadas. Poco después el mandatario antillano le concedió al presidente venezolano la Orden José
Martí, la de mayor relieve en la isla.

El jefe de Mirafores aprovechó para presentar una “nueva tesis” del problema venezolano, y lo de “nueva” resulta irónico, porque es el mismo discurso que viene empleando “el proyecto revolucionario”, iniciado por el fallecido presidente Hugo Chávez y continuado por Maduro, al acusar a Obama, quien ya tenía sus maletas hechas para viajar a Cuba, de “dar luz verde” al golpismo en Venezuela.

Acercamiento
Tres semanas antrás, el 1° de marzo, la propia AFP había presentado el reportaje: Adiós Marx, hola Obama y Rolling Stones: Cuba recibirá a sus “demonios”. Allí se lee: “Hay que frotarse los ojos para creerlo: Cuba, el único país comunista de América, recibirá en marzo a un presidente estadounidense y a la banda británica Rolling Stones, los ‘demonios’ contra los que luchó por décadas”. Las imágenes en televisión de las diferentes cadenas internacionales muestran los trabajos que se realizan en las calles de La Habana para recibir a Obama.

Algunos reportajes internacionales aseguran que Obama trata de dejar su marca personal en política exterior durante su último año de mandato, por ello “busca poner fin al enfrentamiento entre Washington y La Habana comunista, que se remonta a 1959 cuando Fidel Castro expulsó del poder a Fulgencio Batista, un cercano aliado de Estados Unidos”, indica EFE.

Del lado antillano, expertos aseguran que los Castro buscan los recursos necesarios para superar la terrible crisis que los embarga.

cuba

Doble moral
El internacionalista y abogado Sergio Urdaneta asegura que así opera la doble moral de los Castro. “Hace cuatro siglos Oliver Cromwell, primer ministro inglés, se hizo célebre por el siguiente enunciado: ‘Inglaterra no tiene enemigos permanentes, Inglaterra lo que tiene son intereses permanentes’.

Eso es lo que piensan en Cuba. No tienen enemigos ni amigos permanentes, sino que sus intereses; buscan sobrevivir, no colapsar y llegar a sus postrimerías, están antepuestos a seguir considerando a EE. UU. como su enemigo, o a Rusia o Venezuela como sus aliados, porque ya no es mucho lo que pueden hacer por los intereses cubanos”.

Urdaneta considera que Cuba está priorizando a EE. UU. porque se debe entender la situación en el contexto geopolítico y económico. “Son unos descarados (los Castro). Ya Rusia no es la ‘tetica’ que los sostenía y Venezuela tampoco es esa ‘tetica’ que le daba lo que necesitaban. Por eso buscan a Estados Unidos como el nuevo sustento de la economía de la isla. Ante la amistad con Venezuela o la antipatía que manifiestan al imperio, ellos prefieren los intereses de evitar su colapso económico, por ello la apertura al turismo, o la iniciativa privada para activar esa economía maltrecha”.

Se veía venir
Para Julio Portillo, quien además de pertenecer a la Academia de Historia del Zulia ha sido embajador de Venezuela en varios países del área del Caribe, la apertura cubana hacia los Estados Unidos se veía venir. “Hace dos años dictaba unos foros a varios militares venezolanos en Maracay. Allí les dije que Cuba terminaría arreglándose con EE. UU. porque las perspectivas de sus entonces aliados se estaban debilitando. Estos hechos actuales me dan la razón”, destaca Portillo.

“Uno de los grandes obstáculos en la relación Cuba-EE. UU. refiere a que desde Washington le piden a La Habana que se abran al mundo y eso no es otra cosa que permitan partidos de oposición. Creo que lo van a aceptar, porque lo que viene es un arreglo a todos los niveles”, afirmó.

Desde los puntos de vista económico y político, según Portillo, en Cuba van a actuar sin mirar las marcas ideológicas, porque ellos quieren arreglar sus problemas económicos sin mirar mucho a los lados. “Por eso
La Habana se está convirtiendo en el punto de encuentro internacional de varios aspectos, como la visita del Patriarca Kiril y el papa Francisco. Ellos pudieron reunirse en México, pero prefirieron Cuba para profundizar esa apertura”.

Portillo destaca que el gobierno de Venezuela no termina de entender que se ha quedado atrás con ese inservible socialismo, lo que produce un estancamiento, mientras que Cuba juega “a lo que llamo una Doble A, que no es otra cosa que hacerle un tiro a los Estados Unidos y otro a Venezuela”.

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