El diario plural del Zulia

Nelly Pujols: “Mi batalla no ha terminado, sigo en tratamiento”

Su nombre es mucho más que el de la eterna reina de programas televisivos como Radio Rochela y Cheverísimo. Nelly Pujols demuestra ser una guerrera de batallas camuflada con su mejor armadura: el buen humor y una gran sonrisa, esa que nunca desaparece en su rostro pese a haber sido diagnosticada con cáncer de piel, en fase tres.

En una entrevista exclusiva con Versión Final abrió su corazón para rememorar su paso por una profesión con la que saborea las mieles del éxito. Y, con ello, la experiencia de haber enfrentado tres intervenciones quirúrgicas consecutivas el pasado año.

Su gracia es capaz de hacernos reír a carcajadas a través de la pantalla. Junto a otro grupo de artistas, Nelly hizo de los 90 la época de oro cuando se trataba de programas humorísticos, ganándose el reconocimiento del público como la mejor comediante de Venezuela.

Con su espontaneidad y personalidad, esta artista logró tocar la fibra humana de sus seguidores. Dio vida a personajes inolvidables como Flora y Tatatita. Sin duda, representaciones entrañables que la catapultaron a la cima del éxito.

—¿Se identifica más con el papel de escritora, directora o comediante?

—Creo que mi pasión como comediante es más grande que cualquier cosa. Sin embargo, escribir para otros actores me gusta muchísimo.

—¿Cómo descubrió su pasión por la comedia?

—No la descubrí yo. Estudié Artes escénicas con el Maestro Gonzalo Camacho e hice varias obras dramáticas. Él mismo me dijo un día: ¿Por qué no te dedicas a la comedia? Tus caras nos hacen reír a todos.

—¿Cuál cómico de los años 80 y 90 le hacía reír a carcajadas?

—Siempre vi las comedias de Jack Nicholson y las caras de Robin Williams me mataban. En nuestro país, Napoleón Deffit me pareció siempre un gran comediante.

—Durante su trayectoria ha interpretado varios personajes, como Tatatita y Flora, ¿cuál de todos ha sido su mejor papel?

—Jaaaa…. Yo era Flora. Por supuesto, ese fue el personaje que me dio más satisfacciones. Sin embargo, Tatatita me hubiese gustado que perdurara más en el tiempo. Siempre me gustó trabajar para los niños.

—¿Con cuál de sus viejos colegas de programas como Radio Rochela mantiene aún contacto y amistad?

—Uy…El otro día viendo las fotos, se me aguó el guarapo. Muchos se han ido. Tuve la gran emoción de encontrarme después de mucho tiempo con Emilio Lovera, y pasamos horas muertos de la risa recordando anécdotas de Radio Rochela. “Rafucho el maracucho” me visita cada vez que viene por Miami y por supuesto, a todos les pregunto siempre por el muérgano de Pepeto.

—Muchos se ríen de lo que significa emigrar a Estados Unidos. ¿Resulta divertido en la realidad?

—No tiene nada de divertido. El país de uno es el país de uno. Le agradezco mucho, eso sí, a este país que nos ha acogido a todos en la familia. Pero cada vez que veo una cuña de Navidad de Venevisión o Radio Caracas me dan ganas de llorar. Yo no aplico eso de “cuando éramos y felices y no lo sabíamos”. Yo siempre supe que era feliz en Venezuela.

—¿Qué extraña de la época dorada?

—Como era nuestro país. Uno trabajaba y compartía sin odios ni envidias. El venezolano siempre ha sido tremenda gente, ¡lo somos!

—En Venezuela escasea el humor en la televisión. ¿Se ha planteado la posibilidad de regresar?

—Creo que ya te he comentado. Mi país siempre estará en mi corazón. Sin embargo, no tenemos producción como para decir que voy a trabajar allá.

—Si tuviese un deseo para su país, ¿cuál sería? 

¡Dios!.... ¡Que vuelva a ser el de antes! Que la gente no viva para hacer colas. Que haya empleo para todos. Que la gente viva en paz… Que los dejen vivir.

—Usted es una de las actrices más queridas por el público venezolano. ¿Siente que le han retribuido el cariño que ha ofrecido a través de su trabajo en las tablas y la televisión? 

—¡Claro! Me da mucho sentimiento cuando me paran en las calles personas que tienen años viviendo aquí o gente que viene por pocos días. Siempre me dicen que yo les traigo recuerdos de aquel país que teníamos… Me da alegría y también mucha tristeza.

—¿Cuál es su función en El Venezolano?

—Bueno. Estoy con el Grupo Editorial El Venezolano en la parte del periódico. Escribo la sección de humor para todas las ediciones de Miami, Orlando, Houston y Panamá.

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