El diario plural del Zulia

Miss Mundo 1998: "Mi estúpida corona sirvió para denunciar que fui violada"

La israelí Linor Abargil, Miss Mundo 1998, demostró que ha conseguido dejar atrás el capítulo más negro de su vida: la brutal violación que sufrió a los 18 años de edad por su agente de viajes, seis semanas antes de ser coronada.

En una entrevista con El País, Abargil habló sobre el triste hecho y explicó que ocurrió en Milán, un mes y medio antes de ganar la corona.

“Recuerdo que echaba mucho de menos a mi familia, tenía 18 años y medio y nunca había pasado tanto tiempo fuera de casa. Quise comprar un billete de avión para Israel, pero mi agente de viajes me engañó diciéndome que no quedaban vuelos".

La abogada de 36 años detalló que Uri Shlomo Nur se ofreció a llevarla en auto y ella aceptó. En el camino, el agente de viaje se desvió. "Paró en un descampado, me ató las manos y me puso una navaja en el cuello. Me violó dos veces y después intentó asfixiarme. Conseguí convencerlo de que me dejara vivir. Le dije que no contaría nada. Él no hacía más que repetir que lo sentía y yo lo único que quería era salir de allí con vida".

Tras el repugnante hecho, Shlomo Nur llevó a Abargil hasta la estación de trenes de Milán, "y me dijo que no podía contar nada de lo ocurrido”.

Lo que su agresor no sabía es que esa joven de 18 años era más valiente de lo que él imaginaba. “Llamé a mi madre y le conté lo ocurrido. Lo primero que me dijo fue que no me lavase y que acudiese a un hospital y después a denunciar a la comisaría. Y así lo hice”.

Abargil regresó a Israel y denunció los hechos a las autoridades pero por falta de evidencias, el caso se mantuvo en secreto durante semanas. “Me pidieron que no lo hicera público, que era la única manera de poder atrapar a mi agresor. Fueron las peores semanas de mi vida. Yo estaba rota por dentro y la vida seguía. Mi madre me convenció para que no abandonara el concurso y así lo hice. En el momento en que me proclamaron Miss Mundo no podía aguantar mis lágrimas, pero no eran lágrimas de alegría”.

Al día siguiente su historia se hizo pública y las autoridades detuvieron al agresor en el aeropuerto de Tel-Aviv. Cinco mujeres más reportaron haber sido violadas por el mismo agente de viajes tras su detención.

“Lo más duro fue el juicio. Él negaba todo, y a día de hoy lo sigue negando. Pude entender por qué muchas mujeres no presentan denuncia. Verme frente a él y revivir durante dos días los momentos de la violación es algo que nunca olvidaré, pero estoy enormemente orgullosa de haberlo hecho y de haber tenido a mi familia apoyándome en todo momento”.

Abargil dejó la pasarela y se licenció como abogada criminalista para luchar contra la violencia de género. Ahora recorre el mundo dando charlas y talleres explicando su historia.

“Creo que todo sucede por un motivo (...) Creo que esa estúpida corona me sirvió para dar voz y denunciar algo tan atroz como puede ser una violación. Ser Miss Mundo y hacer público lo que me pasó ayudó a poder trasladar a los medios de comunicación y al mundo una situación que viven millones de mujeres (...) En esta vida tienes dos opciones: o lamentarte y hacer que tu vida sea miserable o levantarte y luchar para que se haga justicia”.

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