El diario plural del Zulia

La guerra inspira nuevas telenovelas en Siria

El ruido de una explosión estremece a los habitantes de Damasco, que se acercan para ver qué pasa. No se encuentran con una matanza, como se temían, sino con el rodaje de una telenovela.

Los habitantes se topan en la plaza Arnus, en el centro de la capital siria, con un coche en llamas y varias personas yaciendo sobre la calzada.

Un hombre refunfuña al enterarse de que la explosión que lo ha asustado es una escena de "Shoq", nombre del protagonista de la última serie televisiva de la directora Rasha Sharbatgi.

Varios artistas sirios se inspiran en la guerra que ha causado al menos 320.000 muertos desde marzo de 2011.

"Shoq" es una de las series difundidas durante el mes de ayuno musulmán del ramadán, que tanto gustan a los telespectadores después del iftar (la comida de ruptura del ayuno cuando se pone el sol).

"Antes el contenido de las telenovelas oscilaba entre historias de amor, comedias y ficciones históricas. Había pocas sobre la vida cotidiana porque todos querían huir de la terrible realidad", explica Sharbatgi.

"Shoq" gira en torno a los secuestros y los desaparecidos durante la guerra, con escenas de combate, muerte y destrucción como telón de fondo.

"Era muy complicado de hacer, pero no más difícil que la realidad diaria", cuenta la directora.

La depreciación de la libra siria y los problemas económicos también han afectado a la producción cinematográfica.

Algunos directores han elegido los exteriores devastados por la guerra. Uno de ellos es Ahmad Ibrahim Ahmad, que rodó su última película "Ma Ward (Agua de rosas)" en Daraya, cerca de Damasco.

"Compañías internacionales se gastan miles de dólares para crear escenas de destrucción o recrear un lugar en guerra, pero aquí no necesitamos gastarnos nada, el decorado es real", dice.

"En la película, los ruidos ensordecedores de la artillería y el restallido de los tiroteos son reales", añade Ahmad.

Otros se oponen a inspirarse en la guerra. La cuarta temporada de "Tawq al Banat" (Los collares de las chicas) se rodó en Yaafur y sus callejuelas permiten recrear el Damasco de los años 1940 y 1950.

"Aquí no se oye el ruido de los cañones ni de las explosiones", cuenta el actor Rachid Asaf, ataviado con la vestimenta tradicional siria. Se siente feliz de actuar en una serie que permita evadirse. "La gente está harta de las historias de guerra. Quieren divertirse durante el ramadán y no que les recuerden las tragedias".

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