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Perros en peligro en el metro de México reciben segunda oportunidad

De acuerdo con cifras del gobierno local, en Ciudad de México hay 1,5 millones de perros callejeros

Yamai tenía una oreja casi desprendida cuando fue rescatado en las vías del laberíntico metro de Ciudad de México. Aterrorizado, fue trasladado a un refugio temporal donde ahora corre y salta junto con otros perros salvados antes de morir atropellados o electrocutados.

Este perrito mestizo dorado, de menos de 40 centímetros de altura, fue llamado Yamai por la estación Jamaica, donde fue encontrado, en el oriente de la mega urbe.

Ahora corre enérgico en el Centro de Transferencia Canina del metro de la capital mexicana, que comenzó a construirse con donaciones de activistas y empresarios hace seis meses y fue inaugurado la semana pasada por la alcaldía.

El centro ocupa un terreno de grandes extensiones en medio de la ciudad, donde unos 20 perros han sido rehabilitados y varios ya han sido adoptados.

Al centro llegan los que son encontrados en las vías del tren, en los andenes o incluso en los torniquetes de acceso de los pasajeros, como Torny, una perra de color café a la que le encantan las caricias y que fue madre de ocho cachorritos nacidos en el albergue días atrás.

Antes de la apertura de este centro, los perros hallados en el metro eran enviados a organizaciones defensoras de animales, que desde 2013 recibieron a más de 250.

"Esto no es la solución, ni la panacea" para el problema del abandono o descuido de las mascotas, pero sí una forma de salvar a algunos de morir "atropellados o electrocutados", comenta el coordinador de Protección Civil del metro, Edgar Alfredo Abarca, que también ha rescatado animales silvestres como víboras, iguanas y hasta una zarigüeya con sus seis crías.

- Malheridos y desorientados -

Apenas se abre la puerta de su espaciosa jaula, Yamai atraviesa velozmente el patio hasta llegar a la de su amiga Panty, una perrita negra con espesas cejas amarillas encontrada en la parada de Pantitlán y que se convirtió en la primera acogida en el centro.

"Yamai llegó muy herido, pero en cuestión de semanas comenzó a jugar y poco a poco comenzó a recuperar la confianza en los humanos. Ver ese proceso es la parte más bonita de este trabajo", cuenta Katia Hernández, de 33 años.

La encargada del cuidado y entrenamiento de los perros carga a Panty, que luce en muy tranquila un coqueto collar adornado con una rosa de tela.

El veterinario del centro, Luis Ortiz, tiene dos explicaciones sobre por qué los caninos se escabullen en el metro.

Una es que "el perrito sigue a su dueño sin que éste se dé cuenta hasta la estación del metro", que transporta diariamente unos 5,5 millones de personas. Al entrar se confunde.

"Cuando empieza a percibir miles de diferentes olores, de ruidos, de pasos, de voces" comienza su pánico y termina corriendo hasta las vías electrificadas, esquivando los trenes, cuando tiene suerte, dice Ortiz.

Otros tal vez fueron abandonados por sus dueños y buscan en las instalaciones del metro "el aire cálido que corre en las estaciones en invierno y sombras en épocas de calor", añade el veterinario.

Pero invariablemente terminan traumatizados por las multitudes y los estruendosos ruidos que perciben mucho más fuerte que el oído humano.

- Rescatada -

Una de las historias de éxito es la de Sira, una beagle que escapó de su casa y pasó 10 días en los oscuros túneles del metro de Ecatepec, hasta que un conductor se la topó de frente en las vías, frenó en seco y llamó a la coordinación de Protección Civil interna la semana pasada.

"Estábamos muy tristes hasta que nos enteramos de que estaba aquí", reconoce su dueña Susana López, con Sira en los brazos, que todavía muestra una herida de una descarga eléctrica al rozar una de las líneas de las vías.

Su dueña, que supo de su paradero por un reportaje televisivo sobre el centro, se deshace en agradecimientos al metro.

La docena de perros que hay ahora en el albergue son criollos y las autoridades intensificarán su publicidad y contacto con ONG para localizar a sus dueños o para encontrarles nuevas familias.

De acuerdo con cifras del gobierno local, en Ciudad de México hay 1,5 millones de perros callejeros, pero la organización que resguarda a perros abandonados Animalia calcula que la cifra ronda los 3 millones.

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