El secreto detrás de los colores de las flores
Llevamos milenios cultivando plantas, las flores han estado envueltas en un halo de misticismo y religiosidad, se han empleado como metáfora de la belleza o de la perfección. La majestuosidad de las formas, los colores vivos y vibrantes y el aroma delicado despiertan en nosotros admiración y curiosidad.
Una flor se compone de una serie de estructuras distribuidas en capas concéntricas, que reciben el nombre de “verticilos”. Todas las flores tienen color gracias a sustancias naturales llamadas pigmentos que se encuentran en la genética de cada planta.
¡Esto no es todo! Además de la predisposición genética, las plantas hijas hereden unos u otros tipos de pigmentos de la planta madre, las condiciones del suelo son también determinantes. En función del PH del sustrato, las flores de una planta pueden ser de un color o de otro.
A lo largo del tiempo, las flores han desarrollado diferentes colores para asegurar su supervivencia. Cada tipo de flor tiene uno o varios polinizadores, como pueden ser abejas, aves u otros insectos. Para atraerlos hacia su néctar y su polen, las flores desarrollan colores distintos para asegurarse de atraer al tipo de polinizador que más les interesa.
