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Despiden fiesta popular en Managua sin la bendición de la Iglesia católica

La festividad religiosa, que duró 10 días en medios de rezos y bailes de pagadores de promesas, fue organizada por la Alcaldía de la capital nicaragüense

Miles de nicaragüenses despidieron este martes sus fiestas populares en honor de Santo Domingo de Guzmán, que por segundo año se desarrolló sin la bendición de la Iglesia católica a causa de la pandemia de la Covid-19.

La festividad religiosa, que duró 10 días en medios de rezos y bailes de pagadores de promesas, fue organizada por la Alcaldía de Managua, que dirige la sandinista Reina Rueda.

Las celebraciones, que incluyen consumo de alcohol y ritos católicos y paganos, culminaron con la tradicional "dejada" de una réplica de la venerada imagen del santo, considerado milagroso, hacia su altar en el santuario en Las Sierritas, ubicado al sureste de Managua.

Contrario a las decenas de miles de personas que iban en romería o bailaban alrededor de la imagen de Santo Domingo de Guzmán a lo largo de 12 kilómetros, cuando las fiestas eran bendecidas por la Iglesia católica, este año acudieron menos, que festejaron junto con una copia de la imagen, conocida como "Mocito".

Desde días antes, la Arquidiócesis de Managua, presidida por el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, anunció la cancelación de las fiestas populares para no exponer a la población a la pandemia de la covid-19.

Sin embargo, la Alcaldía de Managua informó que asumiría la celebración sin la bendición católica, con una imagen sustituta de Santo Domingo, cuando faltan tres meses para las elecciones generales en las que el presidente Daniel Ortega buscará una nueva reelección.

A la celebración, cuyos gastos corrieron por cuenta de la Alcaldía de Managua, se sumaron otras con réplicas de la imagen de Santo Domingo en diferentes puntos de la capital nicaragüense, según constató Efe.

La procesión, que fue fuertemente resguardada por agentes antidisturbios, salió del templo Santo Domingo, en el antiguo casco urbano de Managua, donde se celebró una eucaristía de despedida de la imagen de 18 centímetros de alto que permaneció diez días en ese lugar.

Durante la romería, de unos 12 kilómetros, los nicaragüenses pagaron promesas con ojos vendados, se mortificaron con recorridos de rodillas, se pintaron con aceite negro o se disfrazaron de indígenas o esclavos africanos.

Estas fiestas son las más concurridas en Nicaragua, obligan a las autoridades a dar asueto en la capital nicaragüense, e incluyen veladas, desfiles hípicos, corridas de toros, exhibición de carrozas, romerías dentro de la ciudad y misas, algunas de ellas canceladas este año debido a la pandemia.

Las fiestas en honor de Santo Domingo de Guzmán, que se remontan desde 1856, son populares y no patronales, pues el patrono de Managua es Santiago Apóstol, aunque no es celebrado por los fieles.

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