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Argentina recuerda a fotógrafo José Luis Cabezas a 20 años de su asesinato

Con actos y muestras, los argentinos conmemoran este miércoles 20 años del brutal asesinato del reportero gráfico argentino José Luis Cabezas, autor de una emblemática fotografía de un empresario vinculado al poder en la década de 1990 que se transformó en su sentencia de muerte.

Este homicidio, que sacudió al periodismo argentino, tuvo desde el primer momento como sospechoso al poderoso empresario Alfredo Yabrán, un hombre sin rostro pero ligado a la clase política durante el gobierno de Carlos Menem (1989-1999).

Yabrán se suicidó en 1998 cuando todas las pruebas del crimen lo apuntaban como autor intelectual, en un caso en el que la policía estuvo implicada.

"Ni los servicios de inteligencia tienen una foto mía", había dicho en una entrevista, antes de ordenar el asesinato de Cabezas por ser el autor de la foto primicia del empresario caminando por una playa de la costa argentina.

El homicidio de Cabezas "fue el atentado más grave contra la libertad de expresión en Argentina en democracia", dijo a la AFP Ezequiel Torres, presidente de la Asociación de Reporteros Gráficos de Argentina (ARGRA).

Torres participó de un homenaje organizado por colegas del fotógrafo en el predio de la exESMA, donde funcionó un centro clandestino de detención de la dictadura (1976/83) convertido en sitio de Memoria.

"Cabezas, ¡presente!", gritaron los fotógrafos con sus cámaras en alto, en un homenaje emblemático que se repite desde hace 20 años.

El reportero gráfico trabajaba para el semanario político Noticias, tenía 36 años y era padre de tres hijos --la más pequeña era un bebé--.

Su asesinato estuvo vinculado directamente con la tarea periodística y no con una persecución política como ocurrió durante la dictadura, que dejó más de un centenar de reporteros desaparecidos.

"José Luis fue víctima de un poder que se sintió impune", dijo Gabriel Michi, el periodista que en 1997 compartía con Cabezas la cobertura de la temporada veraniega en Pinamar, un exclusivo balneario de la costa atlántica, que en aquellos años se había puesto de moda entre políticos y empresarios y donde ocurrió el asesinato.

En Pinamar, a 350 km al sur de Buenos Aires, otro acto de homenaje fue encabezado el miércoles por su hermana Gladys.

Una foto, un tiro 

Un año antes de su muerte, Cabezas publicó una foto de Yabrán caminando en traje de baño por una playa, acompañado de su esposa María Cristina Pérez.

La imagen fue portada de Noticias y el empresario nunca se lo perdonó. Cabezas fue secuestrado, golpeado, esposado con las manos en la espalda y obligado a arrodillarse en un descampado en las afueras de Pinamar.

En esta posición fue ejecutado de dos tiros en la cabeza, luego le prendieron fuego. Su cuerpo apareció en el interior del auto que utilizaba para hacer coberturas por dicho balneario.

Siete acusados del homicidio fueron condenados a reclusión perpetua pero, favorecidos por reducciones de penas, salieron de la cárcel y ahora gozan de libertad condicional. El último de ellos, el expolicía Gustavo Prellezo, la comenzó a disfrutar hace 20 días.

La justicia comprobó que Prellezo había reclutado a una banda conocida como "Los Horneros" para matar a Cabezas, que actuaron bajo las órdenes de Yabrán y de su jefe de custodios, el exmilitar Gregorio Ríos.

"Sacarme una foto es como pegarme un tiro en la frente", dijo en 1991 el hombre de negocios, que siempre estuvo rodeado por un halo de misterio.

Yabrán llegó a mantener un pulso con el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo, que lo acusó de ser "jefe de una mafia enquistada en el poder" y de manejar mediante testaferros compañias de correo, de transporte y logística en los aeropuertos y los freeshops.

Yabrán fue investigado como autor intelectual del crimen, pero no llegó ser juzgado: se suicidó el 20 de mayo de 1998 cuando iba a ser detenido.

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