El diario plural del Zulia

Colombia lleva a San Sebastián el realismo más puro con "X500"

Tres historias se mezclan en "X500" tan reales que los protagonistas de esta película vivieron las mismas experiencias que el realizador Juan Andrés Arango cuenta en una cinta con la que participa en "Horizontes Latinos" del Festival de San Sebastián.

Segundo largometraje de este director nacido en Bogotá, que vivió en México y que ahora está asentado en Montreal. Una experiencia vital de la que salió la idea para hacer una película sobre inmigración, violencia y discriminación, pero sobre todo de cómo cada persona busca su lugar en el mundo, explica Arango a Efe.

"Son lugares con los que estoy íntimamente ligado. He sido inmigrante, viví en México y ahora en Montreal y a través de 'La playa' (su primera película) conocí Buenaventura", una localidad portuaria en el Pacífico colombiano.

Son los tres lugares en los que se desarrollan las tres historias que cuenta "X500", la de tres adolescentes que se enfrentan de maneras muy diferentes a la pérdida de seres queridos y a su entrada en la edad adulta.

Una ficción que muestra la propia realidad de tres actores -Jembie Almazán, Jonathan Díaz Angulo y Bernardo Garnica Cruz- que debutan en el cine con esta película.

Con una narración sobria que no se recrea en lo más crudo, aunque tampoco lo evita, Arango traza un retrato demoledor por momentos y esperanzador en otros sobre las dificultades de Alex en Buenaventura, David en México y María en Montreal.

En Buenaventura se muestra la violencia de las bandas en las que caen niños a quienes usan de sicarios; en México la discriminación sexual de quien se siente diferente y en Montreal la dificultad de adaptación de una joven filipina a la vida que le marca su tradicional abuela.

"Son tres historias paralelas pero entre las que hay una especie de diálogo, el contraste entre ellas es lo que da unidad" a la película, resalta el director.

En Montreal hay una fuerte comunidad de filipinos, muchos de los cuales físicamente parecen mexicanos y que han acabado por imitar la estética de los cholos (pandilleros). En México, los punk y los homosexuales son discriminados y perseguidos por los cholos. Y en algunas localidades colombianas la violencia de grupos pandilleros ahogan los sueños de los jóvenes.

"Es una cuestión de sentimiento de pertenencia, de buscar esa pertenencia, algo que primero pasa por lo exterior y luego llega al interior. La película cuanta tres historias diferentes pero sobre ese mismo tema", señala Arango.

Una película en la que se habla español, francés, inglés, tagalog y mazahua y que tiene en esa diversidad cultural y lingüística uno de sus puntos fuertes porque demuestra que, al final, todo se reduce a las mismas cuestiones básicas.

Superar traumas, recuperar raíces y soñar con una vida mejor. Eso es lo que buscan los tres protagonistas y lo que el realizador muestra en un largometraje intimista pese a estar ubicado en grandes ciudades llenas de gente.

"Me mueven las ciudades, el observar las ciudades, sentir el ritmo de los espacios. A partir de ahí, tomo un hilo y veo donde me lleva. Lo que me gusta es redescubrir esa ciudad desde una nueva perspectiva", relata el realizador.

Por eso no es una película sobre el DF, sobre Montreal o sobre Buenaventura, sino sobre cómo ven esos lugares los protagonistas de la historia.

Arango se inspira en la realidad y crea sus películas a partir de la observación y de hablar con la gente con el claro y único objetivo de "transmitir al espectador".

De ahí la importancia de que su película se proyecte en un festival como el de San Sebastián, al que tiene mucho cariño porque le ha apoyado mucho tanto con "X500" como con "La playa", además de ser "un espacio increíble para ver cine iberoamericano".

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