El diario plural del Zulia

Editorial Versión Final | El ZULIA sin timón ni brújula

Los que conocemos la potencialidad del Estado Zulia en sus 63.100 km/2 de territorio, sabemos que siempre marcó hitos en Venezuela y América Latina.

El Zulia destacó en comercio exterior, banca, ciencia y artes, pero también en agroindustria, ganadería,  servicios públicos, y claro, fue epicentro de la transformación que impulsó el petróleo para el país.

Fuimos capaces de impulsar petroquímicas con el concierto gubernamental y el sector privado, levantar puentes aéreos nacionales e internacionales sin escala en Maiquetia, expandir operaciones en puertos marítimos y hasta llegamos a elaborar vinos con cepas de primer nivel, un dato que, quizá, muchos no recuerden.

La estratégica ubicación de nuestro estado, frontera con Colombia, con el imponente estuario como puerta de entrada marítima, nos llevó a presenciar cómo atracaban cruceros en las costas maracaiberas. La historia de la ciudad era en sí una épica de hombres y mujeres trabajadores, nacionales y emigrantes de Norteamérica y Europa que confluyeron para imprimir un dinamismo único al Zulia.

Pero todo aquello se erosionó.

¿Dónde está ese espacio de lúcidas y honorables autoridades que hicieron grande a la casa del conocimiento, nuestra Universidad del Zulia?

¿Dónde está el espíritu de los líderes que integraron una sociedad a fuerza de trabajo, emprendimiento e innovación para dar seguridad alimentaria al país?

Al menos 60 mil empleos directos emanaban de la emblemática Zona Industrial, hoy desmantelada. Nada queda de aquel estado pujante con conexiones comerciales en todas latitudes que llevó a un importante cuerpo empresarial a levantar un aeroclub en el Aeropuerto Internacional La Chinita con más de 400 avionetas privadas dedicadas a vuelos para concretar expansiones de compañías, para atraer inversiones y afianzar al Zulia como eje de desarrollo empresarial.

En una sola  frase el Dr. Fernando Chumaceiro resumió el valor del Estado: “La mayor riqueza del Zulia, son los zulianos”.

Liderazgos como el del Dr. Chumaceiro, destacado alcalde y conductor de Corpozulia, marcaron historia e hicieron al Zulia y Maracaibo grandes, con ejemplo de gestión pública de alto nivel y cerco a la corrupción.

Hoy, hasta el primer banco nacional del país, el Banco de Maracaibo, así como el más popular surgido de nuestras tierras, el Banco Occidental del Zulia (BOD), desaparecieron, uno por razones políticas y otro por manejos administrativos y financieros que no han sido con justicia tratados.

Ese estado Zulia hoy no existe. ¡Desapareció!

Los voceros oficiales designados en este cuarto de siglo, a quienes cuesta calificar de líderes, se encuentran de rodillas ante Miraflores y quieren que  nos conformemos con las “buruzas” del centralismo al que sirven, incluso, como mensajeros ante Washington para pedir el fin de las sanciones contra el régimen.

En este cuarto de siglo opacaron más de 100 años de grandeza del Zulia.

A su vez vemos con preocupación y tristeza gente formada y talentosa que sucumben a la corrupción y mediocridad que nos gobierna.

Hoy estamos sin brújula ni timón.

Pero aún aquí están las tierras bendecidas por Dios, en una localización única dentro de una geopolítica económica importante. Tan solo debemos de reencontrarnos en el camino.

Perdimos tanto la huella de nuestra historia que obligó a que el 40% de nuestra gente emigrara forzosamente a otras fronteras para construir un futuro que el Estado le negó.

Los Zulianos merecemos tener más y mejores liderazgos, tanto en honestidad y valores como en talento y Visión de grandeza.

En estos últimos 25 años, los ciudadanos apostaron a políticos punteros de encuestas, a los especialistas en la política clientelar, a los que mejor manejaban su chequera en campañas electorales, con dineros de dudosa procedencia y, entonces vemos el resultado de una apuesta que fracasó. La equivocación es de toda una sociedad. Hoy en Zulia es un estado sin luz ni brillo y con un cuarto de siglo a cuestas que opacó más de 100 años de progreso.

Esta reflexión debe servir de análisis, fundamentalmente a la juventud que poco o nada conocen de la historia del Zulia.

Hoy en el día que el mundo cristiano conmemora la Resurrección de Cristo, pidamos que el Zulia vuelva a levantarse desde sus cimientos y tome la vanguardia que siempre tuvo en Venezuela.

Que renazca el orgullo de la verdadera Zulianidad es un reto que todos debemos asumir y sumarnos, puesto que aún hay gente honesta y capaz en la región para lograrlo.

“Que no se nos pase la vida esperando mejores tiempos”, cómo decía Benedetti.

Que Dios bendiga al Zulia y a Venezuela.

 

Carlos Alaimo

Presidente-Editor

9-4-2023

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