El diario plural del Zulia

Vinotinto: Jugaron como nunca...

La Vinotinto cayó estrepitosamente por 3-0 ante Uruguay en el Centenario. La selección nacional desaprovechó un gran inicio con dos claras oportunidades y continúa con su vía crucis en el premundial.

Como cualquier película dominical que pasan en los canales nacionales que todos las hemos vistos una y otra vez. El final nos lo sabemos de memoria pero, por alguna razón, encontramos siempre el motivo para verla.

Venezuela fue la semejanza de lo que suele ser y cayó con Uruguay en 3-0 en la novena jornada de las eliminatorias sudamericanas.

Ya son dos puntos de 27 y a la mitad del premundial, la Vinotinto tiene registros dignos de la época de Cenicienta que parece regresar como ese fantasma del pasado que nadie quiere recordar. Los golpes de realidad vuelven a hacerse presentes.

La selección nacional encontró, pese a la cruel situación de la tabla, la manera de ilusionar en el estadio Centenario. Quizá la racha de 16 años sin perder en el mítico recinto que coronó al primer campeón mundial de la historia dio a entender que era posible volver a sacar puntos allí por cuarto encuentro al hilo por eliminatorias.

El arranque fue de lo mejor que se ha visto en el corto ciclo de Rafael Dudamel. Los de casa estaban desconcertados ante la manera de arremeter por parte de los criollos que supieron guiarse con la pareja de los talentosos juveniles Juan Pablo Añor y, especialmente, Adalberto Peñaranda.

El hábil volante de El Vigía avisó siempre pegado a la banda izquierda y en cuestión de algunas internadas volvió loco al lateral Matías Corujo. Un desborde con pase al pisar al área a “Juanpi” que el del Málaga no pudo resolver fue el primer aviso.

Pero no fue la única que se perdió Venezuela, dinámica en los primeros compases, y poniendo en vilo a la fanaticada oriental. Peñaranda tuvo la de consagrar su gran actuación individual: en un contragolpe en el que se asoció con Salomón Rondón, quien le sirvió con la cabeza al del Udinese pero este no supo resolver con el arco vacío luego de obligar al guardameta Fernando Muslera a salir desesperadamente. Disparo a un lado del palo digno para tomarse la cabeza.

Cuando se promediaba el minuto 20, parecía que los patrios se sacudían el golpe y dejaban atrás el inexplicable fallo. Esta vez la combinación fue al revés: Peñaranda asistió a “Salo”, quizá con el instinto goleador del jugador del West Bromwich inglés podía solucionar todo, pero su disparo cruzado con la izquierda también besó el vertical. Los criollos concedieron una amnistía mortal.

Todas las que se perdonaron sin ninguna explicación tuvieron su precio. En una jugada que parecía intrascendente, Uruguay abrió el marcador. Mikel Villanueva falló en una salida y un balón largo a la derecha de la defensa vinotinto que se iba largo fue resuelto con un centro de Luis Suárez ante una floja marca de Alexánder González y Wilker Ángel, la pelota llegó a la cabeza de Nicolás Lodeiro que envió al fondo del arco luego de pasar por las manos de Dani Hernández en la fracción 26. Y todo se desplomó.

Cualquier esperanza parecía ida al ver cómo la historia sin fin volvía a su punto de inicio. El combinado nacional se reencontró con su versión más floja. Dejó de generar en ataque y en la defensa las dudas, imprecisiones y fallos se hicieron nuevamente evidentes. El tortuoso camino hacia lo que restaba de partido estaba empezando.

Para el segundo tiempo, quizá, las cosas pudieron haber mejorado si se regresaba a lo que se hizo al inicio del encuentro pero ni bien el árbitro boliviano Raúl Orosco reanudaba las acciones y ya otro golpe digno de nocaut se asentaba en la quijada venezolano.

Apenas a los 15 segundos del complemento, Ángel saltó a pelear una pelota bombeada con Edinson Cavani de una manera inexplicable.

El delantero del PSG, que en esta temporada cuenta con 11 goles en nueve partidos en Francia, ganó con facilidad y definió el a su apodo de matador. Cualquier esperanza de resurrección quedó lapidada.

Dudamel movió el banco y dio ingreso a Josef Martínez pero inexplicablemente retirando a Peñaranda y la poca chispa que había se perdió.

Poco después Oswaldo Vizcarrondo se hizo expulsar con su segunda amarilla al ceder a la picardía de Luis Suárez. Otro error de novato del más experimentado en la zaga. Añor fue el sacrificado para reacomodar la primera línea con José Manuel Velázquez.

Solo faltaba el puntillazo. Suárez lució sus credenciales y dejó pasar un balón que quedó en los pies de Cavani que puso el 3-0 al 78.

La historia no cambia, Venezuela sigue última. El vía crucis está apenas a la mitad y la pesada cruz parece más difícil de llevar, al menos que los hombros nuevos la empiecen a cargar para intentar descubrir si hay vida después de este espanto.

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