El diario plural del Zulia

Tierra de carencias

Deportistas criollos padecen por la aguda crisis económica y social. Atletas venezolanos parten en desventaja competitiva por todo tipo de privaciones, explica el doctor Giuseppe Greco

Para producir atletas de alto rendimiento que compitan en el mejor nivel, varios aspectos toman importancia. Las posibilidades de llevar a los niños a la escuela o entrenamiento, que practiquen cierta cantidad de horas, que se formen integralmente o que tengan fogueo, por nombrar algunos.

Pero el más importante de todos es la alimentación. La mala nutrición en niños afecta huesos, músculos, y la parte intelectual. Niños con carencias alimentarias son muchas veces peque- ños de talla y no desarrollaron características comunes para jóvenes de su edad, por lo que parten con desventaja desde muy temprana edad. Es el caso que se está viviendo en Venezuela desde hace ya varios años.

El deportista es lo que es por lo que entra por la boca. Es la frase bandera del doctor Giuseppe Greco, traumatólogo y especialista en medicina deportiva con experiencia en varias instituciones de la región.

La medicina del deporte trata de valorar las cargas de asimilación de entrenamiento. Detrás de todo esto hay procesos bioquímicos importantes dentro del organismo que son fundamentales para el rendimiento físico y deportivo del sujeto. Una de las cosas más importantes para un atleta de alto nivel es la alimentación. Si la comida no es adecuada, el rendimiento físicodeportivo se va a ver mermado”, expresa el profesional a Versión Final.

Greco observa que la mayoría de los inconvenientes suceden cuando el atleta está en fase de entrenamiento.

“Cuando el deportista está concentrado en la selección ya tiene todo. En cambio, el atleta es un ciudadano más de este país cuando está en período de entrenamiento”.

Estratos sociales

Vivir en el país, donde un kilo de carne puede alcanzar los 16.000 bolívares y alimentos básicos como la harina y el arroz sobrepasan los 10.000 es cada día más difícil, y los atletas sufren tanto como cualquier otro venezolano. Jóvenes de estratos econó- micos bajos son los que se ven más afectados.

Si al venezolano promedio se le hace difícil alimentar a su familia, imagínense cómo hacen atletas con problemas económicos graves. Presentan muchas carencias de los nutrientes fundamentales que necesitan ingerir diariamente y no se proveen en el hogar. Estarían sujetos a alimentarse como una persona normal y un deportista necesita más que eso”, indicó Greco.

Explica el profesional de la medicina que a su consulta “llega un niño de natación, de tenis o de béisbol, y vienen con su mamá y su papá. Pero viene un chamo que practique atletismo y viene solo, y con el boxeo y el fútbol pasa lo mismo”. En muchos casos, la disciplina va de la mano con el estrato social.

“Hay excepciones: a veces los padres acompañan a un niño que practique fútbol, pero se ve más que todo cuando forman parte de clubes, es decir, gente que tiene poder económico. Pero ese no es el típico futbolista que llega al más alto nivel, quienes llegan más lejos son los muchachos de pie, los que vienen de abajo, los que no tienen tacos para entrenar, y tienen miles de otras carencias físicas, económicas y alimentarias que lamentablemente representan un handicap”.

En el caso específico del fútbol, un practicante de esta disciplina debería consumir mínimo entre 4.500 y 5.000 calorías diarias, es decir, mucha comida. “Los equipos de fútbol en Venezuela tienen muchas carencias, sobre todo los de segunda y tercera división y no pueden acercarse a ese monto calórico diario”, asegura Greco, que trabajó, entre otros, con el Unión Atlético Maracaibo y el Zulia FC.

El orden de prioridad, según el galeno, debe ser: carbohidratos (70 %), grasas (15 %) y proteínas (15 %), y se debe dividir eso entre siete u ocho comidas al día. Un deportista no puede jugar fútbol sin consumir carbohidratos al menos tres horas antes del partido, porque si no, tiene altas probabilidades de lesionarse.

Futuro en jaque

Según explica Greco, la mala alimentación puede afectar renglones básicos de inteligencia, como identificar soluciones a problemas.

“Por ejemplo: un beisbolista ldea un rolling con hombre y segunda y tercera. Este último corredor amaga a irse a home. Decidir qué hacer en ese momento requiere de inteligencia, y si ese pelotero fue un niño desnutrido antes de los seis años, lo será en la adultez y ese juicio se verá afectado”.

Programas gubernamentales que iban a las escuelas dando la ración proteica básica a los niños se han caído por completo, y eso sin contar que nuestros jóvenes atletas necesitan, además de la mínima cuota alimentaria, suplementos nutricionales, minerales, vitaminas, complejos proteicos y aminoácidos que son altamente costosos.

“Estamos muy complicados para detectar y seleccionar talento deportivo e irlo a buscar en las escuelas, que son la base de la educación y donde hay más masa de potenciales atletas. Llegas allí y hay altísimos niveles de ausentismo. Los niños no van por múltiples razones, siendo una de ellas la falta de dinero para los pasajes. Los problemas económicos han afectado en todos los sentidos”.

Todo ese proceso implica que mucha gente trabaje y se movilice: un trabajador social, un médico deportivo, siólogo, antropólogo, y varios más. “¿Cómo se van a hacer esas cosas en esta realidad?”, pregunta Greco. “Nosotros lo logramos en el pasado, con varios científicos del estado. La última vez fui con un grupo que estaba trabajando en ese momento con un programa de detección y selección de talentos deportivos en el estado Zulia. Viajamos a Bobures y medimos a unos 800 niños. No recuerdo la fecha con exactitud, pero te puedo decir que fue el gobierno de Lolita Aniyar de Castro”. Su período terminó en 1995.

La desventaja competitiva en la que han caído los atletas venezolanos es importante y notoria.

“Colombia cambió toda la estructura deportiva, desde las bases hasta el alto rendimiento, y se ve en cada detalle. Por mucho tiempo fuimos superiores a ellos en deporte, y ya hace tiempo que nos han superado. Se ve reflejado en los medalleros de cada competencia, y eso nunca había pasado”.

En una sociedad con tantos problemas, el deporte puede pasar desapercibido. Pero juzgando por la situación socio-cultural, política y económica que se vive en Venezuela, cada logro de nuestros atletas, salvo algunas excepciones, debe ser considerado un pequeño milagro.

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