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Pequeñas Ligas Cacique Mara, cuna de grandes beisbolistas marabinos

La academia, que se maneja con autogestión, no cuenta con servicio eléctrico desde 2018 por el robo del cableado, lo que acentúa la inseguridad. Necesitan vigilancia y reparar el ciclón que rodea el complejo deportivo

La constancia es su premisa, esa convicción de que trabajar día a día los acerca más a un sueño en común: ser grandes ligas. El horizonte de los pequeños prospectos de la academia de béisbol Cacique Mara, en Maracaibo, es justamente esforzarse para ser protagonistas del ese diamante iluminado, lleno de césped, arena y almohadillas, que hacen juego con una multitud de espectadores.

El complejo deportivo de esta cuna de grandes beisbolistas, ubicado en el sector San Miguel, inició sus actividades el 19 de febrero de 1975 y forma anualmente a cerca de 600 peloteros, entre 3 y 18 años. Muchos de ellos son firmados para jugar en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) e, incluso, en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB, por sus siglas en inglés).

De allí han nacido grandes deportistas como Álex Romero, Jonathan Herrera, Alberto González y José Pirela, conocido como el ‘Águila negra’. A la lista se añaden Brian Chourio, que ya debutó con las Águilas del Zulia, y Omar Hernández, futuro miembro de la MLB.

“Muchos de ellos vienen a visitarnos”, aseguró Daniel Gutiérrez, presidente de las Pequeñas Ligas Cacique Mara, quien también formó parte de la escuela cuando era pequeño. “Me siento afortunado de dirigir la academia desde hace 4 años, uno sigue aquí porque le gustan los niños y ama el béisbol”, argumentó.

Comentó que desde que es el líder, acompañado de su junta directiva, el desempeño de los chicos ha mejorado bastante y, como ejemplo, recordó el triunfo del Campeonato Latinoamericano Infantil de Pequeñas Ligas en 2019 y los otros tantos que han ganado como selección regional.

Hemos ganado campeonatos latinoamericanos y hemos ido a varios mundiales. En 2019 fuimos para México y Panamá, en la categoría infantil quedamos campeones. Y regionales, este año ganamos dos de cinco”, comentó a Versión Final durante una visita del equipo reporteril a la academia.

“Cuando ganamos es una fiesta. No solo es el triunfo para la Liga, sino para San Miguel. La gente trae música, tambores, gaitas. Es una fiesta regional”, expresó con entusiasmo mientras observaba uno de los juegos internos que desarrollan diariamente en los estadios del colegio deportivo.

Una de las metas planteadas es ir a la Serie Mundial en Williamsport, Pennsylvania.

Trabajar duro para ganar

Dedicación y compromiso, dos virtudes que definen a las criaturas, conocidos como "Los Héroes de San Miguel", que dejan su vida en el pequeño diamante bajo el inclemente sol marabino. Siguiendo las órdenes de sus entrenadores, se desenvuelven en el terreno dando lo mejor de sí, mientras sus padres los animan desde la tribuna.

Actualmente, hay activos cerca de 450 niños y jóvenes divididos en nueve categorías: la de 3 y 4 años se denomina Pre-beisbol; de 5 y 6 se llama Iniciación; 7 y 8 es Pitoquito; 9 y 10 Pre-infantil; 11 y 12 es la Infantil; 13 lleva por nombre Intermedia; 14 y 15 se conoce como Junior; 16 es la Senior; mientras que los de 17 y 18 años pertenecen a la sección Juvenil, quienes no participan en eventos internacionales de pequeñas ligas, pero siguen entrenando y aprendiendo.

A las 2:00 de la tarde comienza la vida en la academia Cacique Mara y no hay días de descanso; de lunes a domingo los talentosos chicos reciben prácticas y participan en torneos internos entre ellos mismos como forma de entrenamiento, con la decena de equipos conformados dentro de las instalaciones.

El estadio “Edgar Ferrer” acoge a los jóvenes que tienen mayor edad, mientras que el “Víctor Colina” es donde los más chiquitines juegan a la pelota guiados por sus técnicos, que conforman un equipo de 25 profesores.

Una de las técnicas que han aplicado los mánager, en consonancia con Gutiérrez, es el “extra work”, como es conocido en el béisbol. Significa entrenar más horas fuera de las prácticas habituales.

Hemos cambiado un poco la mecánica desde que estamos acá y nos ha dado buenos resultados. Trabajamos aquí con los chamos y también otros horarios para que practiquen y nos dé el resultado esperado. Efectivamente, los niños han mejorado”, aceptó el representante de la Liga.

Gutiérrez comentó que ahora están trabajando “fuerte” para los eventos del 2022 y los torneos internos. “Nos gusta mucho ganar y por eso trabajamos duro, aunque también le enseñamos a los niños que se puede perder y solo queda seguir esforzándonos”, refirió.

Pero, dejando a un lado el entrenamiento deportivo, los coach se encargan de inculcar valores a los chamos. Humildad, compromiso, constancia. “Al final, tú los ves y piensas: ‘Alguno de estos niños puede ser un grandes ligas’ y tienes que educarlos con todo eso”, manifestó.

Es necesario trabajar para ganar. Sin duda, esa es la idea central de estas Pequeñas Ligas. En 2019, los siete días de apagón nacional, mencionó su presidente, los entrenamientos siguieron porque querían ser ganadores del Campeonato Latinoamericano. Y lo lograron.

“Entrenábamos con agua caliente y los niños se quejaban. Pero mira cuál fue el resultado final. Ganamos. Después, les decíamos a los muchachos que la constancia es la clave de todo”, precisó.

El compromiso es fundamental

Para ser miembro de la escuela Cacique Mara lo más importante es “tener ganas y estar comprometido”. Luego, están los compromisos administrativos. Uno de ellos es que los niños deben estar estudiando obligatoriamente. “Las pequeñas ligas lo exige”, recalcó Gutiérrez, quien sembró en sus dos hijos la semilla del béisbol y hoy son parte de la escuela.

Otro requisito es que los pequeños deben estar residenciados en la parroquia Francisco Eugenio Bustamante pues, según el reglamento, se debe manejar por zonas. “Fuera del límite no podemos aceptar niños. Es una obligación”, remató.

Asimismo, es necesario asistir con la gorra, el guante y las conchas del chiquito al momento de realizar la inscripción. “Pero lo más importante es que le guste al niño y el apoyo de los padres es vital”, señaló.

Primero los probamos con sol, con calor, que lleve pelota y ponches, y luego le decimos al padre si sí o no. Hay niños que quieren vivir en el estadio y otros que no, hay que ser muy pacientes y llevarlos poco a poco. Si al cabo de unos meses vemos que sigue sin gustarle, lo mejor es sacarlo”, aconsejó.

Sin embargo, reconoció que es un proceso que lleva tiempo y “no hay que atosigar al niño, hay que dejarlos que se relajen”.

Por eso, argumentó Gutiérrez, su relación con los chicos es tan buena. “Siento que son mis chamos, me abrazan, uno se mete en el papel de ellos. A pesar de que ya algunos sean grandes, uno los ve crecer y les toma mucho cariño. Con carácter, pero con mucha confianza”, puntualizó.

Los define como “muy talentosos” y da el mérito, en parte, a los técnicos “porque manejar a muchos niños pequeños y entrenarlos todos los días no es fácil. Hay que tener dedicación y paciencia”.

El presidente de la Liga resaltó, además, el compromiso de los padres que van a diario a apoyar a sus hijos. Algunos son pequeños de pocos recursos pero, aunque la academia se dirige con autogestión, siempre les brinda el apoyo.

Hay niños talentosos, a veces con bajos recursos. Los papás, la Liga y los técnicos hacen el esfuerzo para que vayan subiendo el nivel. Nuestro deber es apoyarles”, dijo.

No desistir frente a las adversidades

Entre las labores de Gutiérrez está velar porque los estadios estén en buenas condiciones, que todas las áreas estén limpias y todo funcione de manera óptima. Pero la mayor deficiencia que tiene la infraestructura es la inseguridad.

Desde 2018 no cuentan con servicio eléctrico porque se robaron el cableado, por eso deben estar allí hasta, máximo, las 6:30 de la tarde. “Tenemos que trancar los baños porque a veces la gente de los barrios se mete y debemos llevarnos algunas cosas de la oficina”, añadió.

Además, al no contar con apoyo ni financiamiento, no pueden hacer las reparaciones necesarias al ciclón que rodea parte del complejo deportivo y otros artefactos que se han dañado.

“Pero aquí seguimos, a pesar de las adversidades. No voy a abandonar a mis chamos”, reiteró.

Invitó a los chicos a no dejar ese espíritu de perseverancia que debe tener un pelotero. “Para llegar lejos tienen que trabajar todos los días, el día a día da buenos resultados en su vida, en los estudios, en el béisbol”, mencionó.

Con dedicación por varios años “verán los frutos. Si se lo proponen, serán los mejores”.

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