El diario plural del Zulia

Miguel Cabrera: “Yo quiero encontrar mi poder”

Por más que odia usar las lesiones como excusa, Cabrera reconoce que son un factor para su falta de extrabases. La ruptura de bíceps que le costó casi toda la temporada pasada es una. Las molestias en las rodillas son otra

A paso lento pero seguro, el venezolano Miguel Cabrera va alcanzando nuevos hitos. Esta semana superó al puertorriqueño Carlos Beltrán y a tres miembros del Salón de la Fama, Lou Gehrig, el boricua Roberto Alomar y Chipper Jones, en la lista de más hits de por vida para quedarse en solitario en el puesto 60. En cuanto a las empujadas, dejó atrás a dos miembros de Cooperstown, Ernie Banks y el cubano Tany Pérez, en listado vitalicio.

En algún momento durante los próximos dos años, lo más probable es que el club de los 3,000 hits le abra las puertas a Cabrera, siempre que éste se mantenga saludable. Según el maracayero, cuando eso suceda lo celebrará con su familia y con la ciudad de Detroit. Pero lo que le preocupa en estos momentos es recuperar su nivel de años anteriores.

“Yo quiero encontrar mi poder”, dijo a mediados de esta semana el veterano de 36 años. “Siento que lo puedo hacer. Dar mis hits, hacer lo que puedo con la forma en la que me están lanzando ahora mismo es mi meta, encontrar una mejor posición. Estoy tratando de buscar la manera de hacer swing con poder y hacer buen contacto”.

Hasta el momento, esa meta le ha sido elusiva. Aunque Cabrera se encuentra entre el 5% de los mejores bateadores de Grandes Ligas en tasa de batazos duros y en el 15% de velocidad de salida promedio, empezó la jornada del viernes con un jonrón y ocho dobles entre los 51 hits que ha dado en 172 turnos, para un slugging de .363 que está muy por debajo de su marca de por vida (.547). Su OPS de .732 también está muy detrás del .942 de su carrera, a pesar de que tiene .292 de promedio y .362 de porcentaje de embasarse en el 2019.

“El promedio va y viene. Uno no controla el promedio”, aseguró Cabrera. “Pero es sabroso cuando bateas con poder. Cuando haces eso, ayudas a tu equipo a anotar más carreras y así le pones más presión al oponente”.

Para lograr eso, Cabrera está haciendo ajustes en su plan de ataque y elevando al ángulo de salida de sus conexiones. Cuando su timing estaba perdido a principios de temporada, con un swing muy temprano, estaba tratando de batear líneas. Lo que argumentaba es que no tenía sentido tratar de elevar la bola cuando no estaba bateando con autoridad. Pero las cosas han cambiado. Su ángulo de salida ha aumentado de seis grados en el primer mes a 11.2 en estos momentos, de acuerdo con Statcast.

“Siento que estoy más cerca”, dijo Cabrera. “Es gracioso porque en un juego la semana pasada me fui de 4-0, pero di tres (elevados). Estaba emocionado porque levanté la pelota. Estoy tratando de encontrar el sitio correcto para darle a la bola y tratar de pegarle con más poder.

“Yo creo que es mi extensión, estar bien con mis manos”, siguió. “Estoy tratando de estar listo muy rápido. Quiero hacer las cosas muy rápido y estoy bateando hacia el left. Así no es como bateo yo. Mi forma de batear es quedarme por dentro de la bola (con las manos lo más pegadas al cuerpo posible antes de completar el swing) y tratar de extender (los brazos)”.

Por más que odia usar las lesiones como excusa, Cabrera reconoce que son un factor. La ruptura de bíceps que le costó casi toda la temporada pasada es una. Las molestias en las rodillas son otra. Todas esas dolencias, con las que lidió y siguió jugando en el pasado mientras trataba de ayudar a los Tigres a ganar una Serie Mundial, le están pasando factura.

“Por un lado, diría que no”, dijo. “Pero he hablado con muchachos que han tenido las mismas lesiones y dicen que toma tiempo. Y yo les digo, ‘No me queda mucho tiempo’. Tengo que producir. La gente no va a entender eso. Es como cuando empieza el juego, no es momento de poner excusas.

“No me gustan las excusas. No soy alguien que ponga excusas. Pero si las cosas son así, pues son así. Igual no me preocupo, porque estoy trabajando para regresar”.

En algún momento, Cabrera se pondrá a pensar sobre esos hitos, lideratos y récords. Después de haber visto en persona al dominicano Albert Pujols llegar a las 2,000 empujadas a principios de mes, sabe lo importante que pueden ser esas cosas. Pero quiere lograrlo por los fanáticos, no sólo por él.

“Detroit ha sido muy buena conmigo”, contó. “Siempre quiero apreciar la forma como me han tratado aquí. Y siempre estoy haciendo todo lo posible para mejorar”.

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