El diario plural del Zulia

Las seis mejores actuaciones de todos los tiempos en la NBA

Con la fiebre de las finales de la NBA, algunas de las mayores estrellas del baloncesto se disputan el honor de ser el MVP (jugador más valioso) de la serie final de la NBA una vez finalizado el torneo.

Quien gane se situará al lado de auténticas leyendas del deporte como Magic Johnson y Bill Russell, superestrellas que han hecho del baloncesto lo que es hoy.

Veamos seis de las mejores actuaciones de la NBA de toda la historia.

 

Dwyane Wade (2006)

La consistencia de Wade en la serie de 2006 fue notable. Consiguió una media de casi 35 puntos por partido en una serie magistral y, de paso, llevó a Miami al primer campeonato de su historia.

Los comentaristas que lo compararon con Michael Jordan no exageraban. Fue tan espectacular que incluso superó a su legendario compañero de equipo Shaquille O’Neal, tres veces MVP.

No a todo el mundo le gusta guiarse por el índice de eficiencia del jugador (PER), una estadística compuesta que intenta condensar una actuación única en una sola calificación, pero si nos fiamos de este, entonces esta ha sido la mejor serie de actuaciones individuales en más de 20 años.

El hecho de que Wade inspirara a Miami en una memorable remontada lo hizo aún mejor.

 

Bill Russell (1962)

Bill Russell fue un pionero de los deportistas de color en la década de 1960, y muchos expertos consideran que fue el primero en alcanzar el estatus de superestrella de la NBA.

Jugó en una época anterior a los extraordinarios salarios que ganan las estrellas de la NBA hoy en día, que cada semana pueden llegar a una cifra equivalente a la que se obtendría por acertar los números ganadores de la lotería. Russell jugó en una época en la que el dinero no dominaba mucho el deporte, pero sí la pasión y el deseo.

Su actuación en la final del MVP de 1962 fue histórica. Un triple doble por primera vez en su carrera y una actuación decisiva que incluyó 30 puntos, 40 rebotes y cuatro asistencias ayudaron a los Celtics a ganar la serie 4-3. El nombre de Russell pasó a la historia, y en 2009 la NBA rebautizó el premio al MVP de las Finales con su nombre.

 

Shaquille O’Neal (2000)

Se habla mucho de la dupla Shaq-Kobe, y la serie de 2000 dejó claro por qué.

En ese momento, la pareja estaba en su punto más alto, llevando a los Lakers a tres títulos consecutivos con una larga serie de actuaciones poderosas.

En el torneo de 2000, Shaq logró una media de 38 puntos y 16,7 rebotes en una serie en la que castigó sin cesar a los Indiana Pacers. Solo él y Michael Jordan han ganado tres veces seguidas el MVP de las Finales, y este fue posiblemente el más merecido.

En el homenaje a Kobe, Shaq comparó al dúo con John Lennon y Paul McCartney por la forma en que se retaron mutuamente para alcanzar la grandeza. Puede que nunca vuelva a haber una dupla así.

 

Michael Jordan (1993)

Si se trata de grandes actuaciones, Michael Jordan tiene una selección completa. El legendario jugador nos ha regalado momentos mágicos que recordaremos el resto de nuestras vidas, como el famoso “encogimiento de hombros” en el 92 o el tiro que le hizo ganar el título en el 98.

Su actuación de 1993 no acaparó los titulares de la misma manera, pero no por eso es menos asombrosa. Jordan promedió 41 puntos en la serie de cuatro partidos, alcanzando un máximo de 55 en la victoria en el cuarto partido en casa, y sigue siendo la mayor cantidad de puntos por partido en una serie final.

Los Phoenix Suns no supieron qué los golpeó, y los Bulls estaban en camino de convertirse en uno de los mejores equipos de la NBA de todos los tiempos.

 

Hakeem Olajuwon (1995)

Hakeem, una de las superestrellas menos valoradas del deporte, tuvo un rendimiento siempre brillante a mediados de la década de 1990, y su majestuosa actuación con Houston en el 95 fue sin duda su mejor momento.

Una media de casi 33 puntos por partido hizo desaparecer a los Orlando Magic de la cancha durante la serie, ayudando a los Rockets a conseguir el primero de sus dos campeonatos.

No fue una hazaña. Los Magic de Shaq acababan de derrotar a los Chicago Bulls en los playoffs y parecían invencibles. Sin embargo, el delantero Hakeem tuvo una actuación inolvidable.

 

LeBron James (2016)

Algunas actuaciones no solo definen un torneo, sino todo un deporte. El despliegue de LeBron en 2016 pertenece a la segunda categoría, ya que cambió la NBA para siempre al influir en el período de la agencia libre de ese año, que incluyó el fichaje de Kevin Durant por los Golden State Warriors.

Las finales, y la exhibición de LeBron, fueron aún más notables por la histórica remontada de Cleveland. Con un 3-1 a favor de Golden State parecía que el equipo estaba muerto y enterrado, con Steph Curry mostrándose invencible tras ganar el primer MVP unánime de la temporada.

Pero LeBron tenía otros planes. En los tres últimos partidos, hizo dos anotaciones de más de 40 y un triple doble. Su juego característico, “el bloqueo”, se convirtió en un ícono por derecho propio, y encabezó todas las categorías estadísticas de la serie, la primera vez que alguien lo había hecho.

Al final, Cleveland y LeBron dieron una de las mayores sorpresas de todos los tiempos, y el jugador se convirtió en un inmortal de la NBA.

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