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Futbolistas venezolanas pelean por un puesto en Copa Libertadores femenina

La liga amateur fue creada en 2004 y agrupa a unos 30 equipos y unos 800 jugadores, según la Federación Venezolana de Fútbol. El Deportivo Petare fue fundado originalmente en 1948 por inmigrantes italianos.

Iraia Arrue persigue un balón por la cancha de fútbol hasta que lo pierde cerca de la línea de gol entre gritos de las gradas y de su propio equipo, corriendo 90 minutos bajo el sol venezolano en un complejo deportivo del este de Caracas.

El equipo de Arrue, Deportivo Petare, está compitiendo por un lugar en el torneo femenino Conmebol Libertadores en marzo para representar a Venezuela, donde el fútbol históricamente ha luchado por atraer multitudes.

El empate 1-1 del Deportivo Petare la semana pasada contra su rival Atlético Sport Club no lo dejó más cerca de la clasificación, pero Arrue dice que no hay nada más emocionante que la posibilidad de jugar contra los clubes sudamericanos más conocidos.

“La emoción que se experimenta al jugar, por ejemplo, contra Boca Junior, jugar contra el Corinthians, de Brasil, sería increíble”, dijo Arrue, un delantero, en el Polideportivo Fray Luis de León en el oriente de Caracas.

El fútbol ha ganado atención en las últimas dos décadas en Venezuela, que tradicionalmente está dominada por el béisbol.

El equipo femenino de Vinotinto ganó una medalla de plata en los campeonatos sudamericanos de 2015 y la delantera Deyna Castellanos en 2020 se unió al Atlético de Madrid de España, mostrando el potencial de las futbolistas venezolanas.

Arrue, que juega en la liga amateur venezolana, sueña con alcanzar el nivel profesional con grandes equipos europeos como el Olympique de Lyon, Francia.

La liga amateur fue creada en 2004 y agrupa a unos 30 equipos y unos 800 jugadores, según la Federación Venezolana de Fútbol. El Deportivo Petare fue fundado originalmente en 1948 por inmigrantes italianos.

Los jugadores que viven en Caracas tienen un acceso relativamente fácil al campo de práctica en el exclusivo barrio de La Trinidad.

Otros viven en comunidades dormitorio que requieren viajes agotadores en autobuses deteriorados que con frecuencia están fuera de servicio por falta de repuestos o combustible.

Yodanyelis Palacios, un mediocampista alto de 19 años recuerda haber pasado 10 horas al día en transporte público para viajar 57 kilómetros (35 millas) desde el suburbio de Charallave a Caracas para entrenar.

“Si sumamos dos horas de formación, ya estamos hablando de 12 horas, más estudios”, dijo Palacios. “Ya es (tanto) agotamiento físico que empiezas a pensar que es imposible, pero no era imposible”.

Palacios sueña ahora con “ser una jugadora internacional, ser una jugadora de élite (... en) Estados Unidos, España” con ligas femeninas poderosas.

“Que se sepa que en Venezuela hay mucho más talento”, dijo.

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