ÉXITO SIN CRUZAR EL CHARCO
El rumbo soñado de una gran mayoría de futbolistas es Europa. Una firma en el Viejo Continente significa la consagración del esfuerzo y la oportunidad de oro de competir en la élite mundial. Pero, muchas veces, la ruta al éxito está más cerca de lo pensado. Sudamérica, y el resto del continente, para los venezolanos se ha vuelto un mercado importante con buena estabilidad económica y un nivel competitivo importante.
En la actualidad los destacados nombres de Alejandro Guerra, con Atlético Nacional de Medellín, y Luis Manuel Seijas, en el Inter de Porto Alegre, precedido por un exitoso paso de dos etapas en el Santa Fe de Bogotá.
El “Lobito” está actualmente en la final de la Copa Libertadores con los verdolagas y Luisma, vestido de cardenal, se llevó el título de la Copa Sudamericana y se ganó el adjetivo de ídolo con su exequipo.
Más recientemente, Rómulo Otero fue cedido del Huachipato chileno al Atlético Mineiro, un histórico de la liga brasileña, en la que aparte de Seijas también hace vida César “Maestrico” González con el Coritiba. Le legión vinotinto en el fútbol sudamericano es cada vez más prolífica e interesante.
En el pasado fueron los José Manuel Rey en el Emelec de Ecuador, donde compartió con Jorge Rojas, quien también triunfó en el Atlético Nacional, Oswaldo Vizcarrondo en Olimpia de Paraguay, Grenddy Perozo en el Boyacá Chicó del vecino país, Gabriel Cichero en Newell’s Old Boys de Argentina y Giancarlo Maldonado en el O’Higgins chileno y luego en el Atlante de México quienes
encontraron picos altos de sus rendimientos profesionales sin necesidad de cruzar el Océano Atlántico.
“Nos adaptamos a ese ritmo a esa irreverencia sudamericana. Acá hay torneos importantes y es importante que los venezolanos trasciendan porque eso da proyección. En las otras ligas del continente se toma muy en serio la profesión del futbolista, te hacen sentir a gusto, hay comodidades que uno cree que solo se pueden conseguir en Europa pero no es así. Crecemos porque nos hace sentir importantes”, dijo Richard Blanco, el delantero criollo que estuvo un año en el O’Higgins, marcando seis goles en 12 partidos.
El ariete, actualmente en el Zamora FC, no dudaría en aconsejar a un futbolista joven en tomar rumbo a otros torneos de Sudamérica. “Casualmente eso lo hablaba con Rómulo (Otero) en la última convocatoria de la Vinotinto en la que coincidimos, de las diferencias que, estando tan cerca de Venezuela, que te da otro campeonato. Dan un valor importante a los sacrificios que se hace para defender una camiseta”.
Una opción viable
Sebastián Cano es agente de jugadores, uno de ellos –precisamente– es Rómulo Otero, quien tendrá su segunda experiencia fuera de la liga venezolana, en la que se formó en el Caracas FC. “El continente es la meca de la máxima exposición del fútbol, hay un nivel importante en los torneos de Colombia, Chile, Brasil y Argentina históricamente”, señaló.
"Hay jugadores que por algunos motivos no terminan de convencer en Europa pero que en Sudamérica ven un gran trampolín. Yo soy uno de los que más le contenta de que el futbolista venezolano vea esta opción así de viable y no se obsesionen en irse al Viejo Continente y terminen en Noruega o Chipre, es mejor que estés en un equipo modesto en Colombia, darte a conocer y hacerte notar para uno más grande”, analizó.
Como agente reconoce que hay diferencias mínimas entre qué tipo de jugadores deben firmarse en Europa o Sudamérica.
“Hay casos de casos porque si hay un chamo de 18 años al que quieren en Europa con un contrato de cinco años como paso con Josef (Martínez, a quien también representa). Depende del jugador, de su ADN y competitividad, sus ganas de ver clases de alemán o italiano en vez de refugiarse en el teléfono para hablar con su familia. Al final pienso que ese es el norte, pero Sudamérica es un gran paso intermedio, hay que exportar con conciencia”.
Para un importante contingente de vinotintos, las oportunidades de crecer están más cerca de casa de lo que se cree. El venezolano que destaca interesa de buena manera en el mercado sudamericano y el encadenar buenas actuaciones les permite alcanzar la regularidad que solo terminará beneficiando a la selección nacional.
