El diario plural del Zulia

El automovilismo aún lamenta la muerte de Ayrton Senna

Senna fue uno de los principales críticos de la dirigencia de la Fórmula 1 en la época de los años 90, porque no proporcionaban una reglamentación de seguridad que avanzara a la par de la tecnología y las altas velocidades que se experimentaban

Este Primero de Mayo se conmemoran 29 años de la muerte del piloto brasileño Ayrton Senna Da Silva, quien falleció en el Gran Premio de San Marino de 1994, sin duda unos de los más grandes exponentes de la Fórmula 1 y el automovilismo mundial.

Senna fue con su presencia el antes y el después de la Fórmula Uno. Su muerte y la de Ronald Ratzenberger un día antes, hicieron que los dirigentes de la Federación Internacional del Automovilismo (FIA) y de la máxima categoría del deporte, mejoraran la seguridad de los carros para todas las categorías del planeta.

¿Qué pasó hace dos décadas?

Aquel fin de semana del Gran Premio de San Marino en el circuito de Imola, en el paddock de la F1, había una visitante inesperada, "la muerte"; el sábado 30 de abril, día de la clasificación para el gran premio, uno de los debutantes de esa temporada, el austríaco Ronald Ratzenberger, perdió su vida en un fortísimo choque en la curva Villenueve, otro episodio que manchaba al automovilismo mundial.

Pero el destino quiso que la historia no olvidara ésto más nunca, y al siguiente día, aquel lejano primero de mayo, el ídolo de la Fórmula Uno, Ayrton Senna, con su FW16 del equipo Williams, sufrió un accidente fatal, debido a la rotura de la dirección de su carro, según la versión oficial, lo llevó a perder el control del monoplaza y salirse de la pista en la curva de Tamburello, estrellándose casi frontalmente a 300 km/h contra la defensa del circuito de Imola, las lesiones y el golpe en la cabeza por una parte de la dirección lo hizo perder la vida horas después en hospital de la ciudad.

Pero ¿por qué la leyenda de Senna siempre estará presente en la F1?

La respuesta a esa pregunta, lamentablemente es la misma muerte de Senna, obligó a los dirigentes de la F1 a cambiar radical e inmediatamente la protección de los pilotos dentro de los carros y la seguridad de las pistas.

Senna fue uno de los principales críticos de la dirigencia de la Fórmula 1 en esa época, porque no proporcionaban una reglamentación de seguridad que avanzara a la par de la tecnología y las altas velocidades que se experimentaban.

Luego de la carrera en Imola, el trazado sufrió cambios, en las curvas donde murieron Senna y Ratzenberger, se colocaron chicanas para cortar la velocidad, así como en otras curvas rápidas de otros trazados durante 1994 pero de forma provisional.

A esto último, hay que agregar la irreverencia que tenía Senna para manejar, una característica que lo separaba del resto de los pilotos de la categoría, el brasileño pasaba por el espacio donde muchos decían que no se podía, su forma de acelerar al máximo y sacarle lo mejor a su carro, lo hicieron un rival inexpugnable en cada poleposition y carrera.

Otra razón, fue su gran rivalidad dentro y fuera de las pistas, con el francés Alain Prost, cuando estuvieron juntos en el equipo McLaren entre los dos hicieron la campaña de los récords, ganaron 15 de 16 fechas en el 1988, récord que perduró hasta 2015 con la era de Mercedes.

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