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Brasil confía en mermar el zika antes de Río 2016

Con un mensaje de tranquilidad pero todas las alarmas encendidas, Brasil batalla en primera línea del frente contra el zika, confiando en que la llegada del invierno y el gran operativo puesto en marcha consigan acabar con el virus antes de los Juegos Olímpicos que acogerá en agosto el país sudamericano.

El Gobierno brasileño tiene declarada la guerra al Aedes aegypti, el diminuto mosquito transmisor del zika, que ha pasado a ser el nuevo "enemigo" nacional después de que se relacionara el virus con el repentino incremento de casos de microcefalia en el país.

Sin embargo, tanto el Ejecutivo como el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos confían en la llegada del invierno austral, cuando el mosquito suele tener menos incidencia, para contener un virus que ya ha sido decretado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como emergencia sanitaria de alcance internacional.

El Gobierno incluso ha aseverado que la proliferación del zika no supone un riesgo para la gran mayoría de los turistas que lleguen con motivo de los Juegos, con la única excepción de las embarazadas.

Y para garantizarlo, la Alcaldía de Río de Janeiro anunció el pasado enero que se fumigarán a diario todas las instalaciones olímpicas, que ya están siendo inspeccionadas recurrentemente para eliminar focos de infección.

Más allá de los locales de competición, los expertos temen que las aglomeraciones durante los Juegos Olímpicos alimenten la propagación del virus, por lo que Brasil se ha propuesto visitar el 100 % de los hogares del país.

El Gobierno espera que, cuando llegue el evento deportivo, el riesgo de contagio haya caído en picada, aunque el ministro de Presidencia, Jaques Wagner, recalcó que el combate al mosquito no está relacionado con los Juegos, sino con la propia protección de la población.

Un total de 220.000 hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas han sido movilizados junto a un gran contingente de funcionarios de salud para aniquilar los criaderos del mosquito, que también puede transmitir el dengue y la chikunguña.

El Ejército trata así de concienciar a la población sobre la relevancia de evitar acumular agua estancada, el lugar predilecto del insecto para poner huevos.

Los equipos, de acuerdo con una medida aprobada por la presidenta Dilma Rousseff, podrán incluso forzar la entrada de los inmuebles públicos y privados para eliminar los criaderos del insecto aunque el propietario no se encuentre en su interior.

Un golpe sobre la mesa con el que la mandataria quiere ganar terreno en la guerra contra el mosquito y cuya contienda ella misma confía en vencer.

"Ahora estamos perdiendo la lucha contra el mosquito. Mientras se reproduzca perdemos la lucha, pero vamos a ganar la guerra", declaró Rousseff el viernes a periodistas.

Las autoridades también hicieron obligatoria la notificación de los casos de zika a partir de la semana próxima, ya que hasta el momento tan sólo se informaba de los casos de microcefalia, con independencia de si había sospechas que los asociaran al virus.

Con este conjunto de acciones, Brasil espera llegar con total normalidad a sus Juegos Olímpicos, cuyo aforo no se ha visto de momento afectado por la situación de emergencia sanitaria que atraviesa el país.

Tal como señaló hoy en el director de Comunicación del Comité Organizador Río 2016, Mario Andrada, no se ha producido ningún aumento en las devoluciones de entradas o en las cancelaciones de viajes que estuvieran motivadas por el miedo al zika.

Para los indecisos, el vocero aseguró que la organización no escatimará en gastos y que tiene "fondos suficientes" para encarar una situación que a puesto en jaque a los órganos sanitarias del país.

Desde el pasado octubre, Brasil ha detectado cerca de 4.180 casos sospechosos de microcefalia, una malformación congénita que hace que el cerebro no se desarrolle de forma adecuada.

De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Salud, del total de notificados, en 460 casos se descartó la enfermedad, mientras que en 270 se confirmó microcefalia, cuya causa todavía está siendo investigada para esclarecer si fue provocada por el zika o por otra infección.

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