El diario plural del Zulia

Alcides Escobar aferrado a su camiseta de los Reales

Rumbo a su vestidor, toalla en mano y en medio de una enorme sonrisa, Alcides Escobar gritó, sin detenerse, hacia donde estaba un par de periodistas latinoamericanos: "Empezamos con dos hits y si Dios me envía dos más mañana, los agarro". No era una declaración a la prensa, pero aceptó luego que esas palabras se publicasen, porque de verdad refleja el renaciente entusiasmo del paracorto venezolano de los Reales de Kansas City.

Sus palabras resultaron proféticas. Con el comienzo de una mini-serie de dos juegos barrida por los Reales sobre los Gigantes en San Francisco, Escobar llegó a disparar ocho hits en un lapso de cuatro juegos para subir su promedio por más de 20 puntos, algo bien difícil cuando el pelotero acumula unos 250 turnos a mediados de junio de una temporada de Grandes Ligas.

Escobar, que usualmente es muy rendidor a la ofensiva al punto de que fuera el Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana frente a los Azulejos de Toronto con .478 de promedio en el 2015, reconoció que a lo mejor tenía muchas cosas metidas en la cabeza y por eso su rendimiento con el madero no era óptimo en los primeros meses de la actual campaña.

"No creo que él esté pensando demasiado en otras cosas", comentó al respecto el dirigente de los Reales, Ned Yost. "Simplemente, su comienzo de temporada fue un poco tosco. Le pegó bien y de línea a muchas bolas, pero no le salían los imparables, cosa de mala suerte. Lo mismo le ocurrió a [el guardabosque] Alex Gordon, pero los dos le están dando mucho mejor a la bola actualmente".

El promedio de Escobar, oriundo de La Sabana, en el Litoral Central venezolano, llegó a caer a los .167, sin embargo Yost nunca le ha perdido la fe al paracorto que también estuvo bajo su tutela cuando ambos integraban a los Cerveceros de Milwaukee.

"No te puedes fijar en una semana o un mes para calificar el rendimiento de un pelotero, especialmente con tipos veteranos que han rendido en las Mayores por muchos años", conceptuó Yost. "Van a tener años malos, pero de cierto modo se van a acercar a sus normas a la ofensiva. Es una temporada muy larga. Por su trayectoria, uno sabe que siempre van a batear. Usted lo nota en el swing de Alcides. La velocidad de su bate es excelente y hace trizas de la pelota en la zona de strike. Solamente hace falta que algunos de esos palos comiencen a encontrar huecos".

Debutante en las Grandes Ligas con los Cerveceros en el 2008, cuando Yost era el dirigente de ese equipo, Escobar sabe lo que tiene que hacer para salir de los letargos, pero admite que pensaba mucho en cosas ajenas al diamante.

En este sentido, vale recordar que el 2017 es el año de su libre agencia y es cuestión de humanos tener que pensar en que posiblemente van a desmantelar al equipo a mediados de la temporada a menos de producirse una reacción vigorosa como la que se ha notado en las semanas recientes.

"Para mí, el comienzo de la temporada fue un poquito duro, pero yo lo tomo como aprendizaje", analizó Escobar, integrante del equipo que ganó la Serie Mundial en el 2015 sobre los Mets de Nueva York luego de caer en siete juegos en el 2014 frente a los Gigantes de San Francisco. "Me motiva mucho para seguir trabajando".

"De repente pienso en muchas cosas, algunas buenas, algunas malas", apuntó el jugador de cuadro que promedia .311 en siete series de postemporada. "Por ejemplo, que este año es bien importante para mí y para el equipo. Es el año que voy a ser agente libre. A lo mejor eso me ha llevado a pensar un poquito más de lo normal".

Lo bueno para un veterano como Escobar, si se puede escribir que es algo 'bueno' batear por debajo de los .200 en la mayor parte de lo que va de la temporada del 2017, es que a estas alturas de su vida se sabe de memoria lo que necesita hacer para salirse de los letargos en los que se sumerge todo pelotero, llámese quien se llame.

"Sé que debo seguir trabajando, sé que debo ser paciente, así es como uno sale de las malas rachas", resumió el Guante de Oro del Joven Circuito en el 2015. "No he cambiado las cosas como las he hecho en los años anteriores".

En cuanto al tema de si va a seguir o no con los Reales por mucho tiempo, Escobar no puede ocultar que sí lo han puesto a pensar muchos comentarios en uno u otro sentido, como lo que se escribió en algunas publicaciones sobre la posibilidad de que Kansas City le diera un jugoso pacto multianual.

"Si te digo que sí, si te digo que no, te estoy mintiendo", filosofó Escobar. "Sí me quiero quedar en este equipo. Me gustan mucho mis compañeros. Es como una familia. Ya llevo aquí siete años. Tuve la oportunidad de hablar un poquito con mi abogado sobre eso, pero no tengo miedo a ser canjeado, porque ya fui cambiado de Milwaukee a Kansas City. Que sea lo que Dios quiera. Que me mande Dios para donde tenga que ir".

Y si se le pregunta sobre los Reales del 2017, se le enciende más el entusiasmo, por considerar que su equipo puede voltear una tortilla colectiva, por muy grande que luzca. De hecho, la novena de Yost ha sido una de las más encendidas de la pelota a mediados de junio.

"Pasamos todos por un mal momento al principio de la temporada, pero ya el equipo se está viendo mucho mejor", especificó el venezolano. "Todavía queda mucho camino por recorrer. Si no me equivoco nos quedan alrededor de 100 juegos todavía".

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