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Acuña: “Uno comete errores... soy un ser humano”

Acuña avanzó a segunda con un rodado de Ozzie Albies y luego Josh Donaldson bateó una línea de frente al campocorto con la que doblaron a la joven estrella en segunda para terminar el inning

El jardinero central de los Bravos, el venezolano Ronald Acuña Jr., convirtió un elevado de 331 pies que pegó contra la pared del jardín derecho en la séptima entrada en un simple sencillo durante la derrota 7-6 ante los Cardenales en el Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Nacional, que se disputó el jueves en el SunTrust Park.

Abriendo la séptima entrada con Atlanta arriba 3-1 contra el relevista John Brebbia, Acuña mandó una bola bajita y afuera de aíre contra la pared. El joven de 21 años nunca corrió con fuerza hacia primera, donde tuvo que quedarse a pesar de que la pelota rebotó contra la pared.

Acuña avanzó a segunda con un rodado de Ozzie Albies y luego Josh Donaldson bateó una línea de frente al campocorto con la que doblaron a la joven estrella en segunda para terminar el inning.

“Eso no puede pasar”, dijo el receptor de los Bravos, Brian McCann. “Ahí tienes que agarrar esa base extra. Noventa pies a estas alturas del año es muchísimo”.

Después de que Acuña no pudo anotar en el séptimo, San Luis marcó un par de carreras en el 8vo y cuatro más en el noveno para tomar ventaja de 7-3.

“Son cosas que pasan, son cosas que están en el juego. El que está en la banca es al que no le pasan esas cosas”, dijo Acuña después del juego. “Podía ser doble, pero son cosas que pasan. Uno comete errores, porque uno es un ser humano”.

En el cierre del noveno, Acuña bateó un gigantesco jonrón de dos anotaciones por el jardín central contra el dominicano Carlos Martínez, reduciendo el déficit de los Bravos a dos carreras. La bola viajó 455 pies, el quinto jonrón más largo en postemporada desde Statcast empezó a rastrear todos los batazos en el 2015.

La lenta salida de Acuña de la caja de bateo recordó los hechos del 18 de agosto, cuando el patrullero se quedó admirando un largo elevado entre el central y el derecho que a la postre no se fue del parque. Esa vez tampoco pasó de primera y luego fue sacado del juego por el manager Brian Snitker.

“No corrió. Hay que correr”, dijo Snitker aquel día. “Eso es inaceptable aquí. Como compañero, tienes que asumir la responsabilidad con los 24. Ese nombre al frente es más importante que el que tienes en la espalda de la camiseta. No se puede hacer. Aquí estamos tratando de hacer algo especial y lo personal quede en plano secundario. No se puede fallarle al equipo de esa manera”.

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