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Venezuela celebra 155 años del natalicio de José Gregorio Hernández

El Monseñor Tulio acota que debido a la entrega sin cansancio por la medicina por parte de José Gregorio Hernández, razón principal por la que le ha seguido sus pasos,  se le reconoció como El Venerable en el año 1986, por el entonces papa Juan Pablo II. “Ya no es siervo de Dios, pasa a ser Venerable"

Nació tal fecha como hoy, pero en 1864 en el pueblo Isnotú, estado Trujillo. Hijo de Benigno Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros. Conocido, por muchos, como “San Gregorio”, “El médico de los pobres” y “El Venerable”, hoy 26 de octubre se cumplen 155 años del natalicio del gran doctor venezolano José Gregorio Hernández.

Es considerado como uno de los hombres más sabios de la nación por ser el responsable de mejorar la medicina del país, pues se encargó de la enseñanza del uso y manejo del microscopio.

Monseñor Tulio Ramírez, quien es el Vice postulador de causa de la beatificación, comenta que José Gregorio Hernández, se graduó con honores en la Universidad Central de Venezuela (UCV) a los 24 años, lugar donde también se dedicó a impartir clases, reseña 2001.

Gracias a su esfuerzo y dedicación por la investigación de la medicina obtuvo una beca que le permitió cruzar frontera. Llegó a Francia y profundizó estudios de su área. Regresa a Venezuela con el “mejor laboratorio para América”, dice el Monseñor.

Tenemos en José Gregorio un hombre sabio, que no es sacerdote, que no es religioso, es un laico muy competente, considerado como el “Médico de los pobres””, expresa el Mons. Ramírez

Beatificación en puertas

El Monseñor Tulio acota que debido a la entrega sin cansancio por la medicina por parte de José Gregorio Hernández, razón principal por la que le ha seguido sus pasos,  se le reconoció como El Venerable en el año 1986, por el entonces papa Juan Pablo II. “Ya no es siervo de Dios, pasa a ser Venerable”

Los trabajos los hacía con el mayor amor, eso le daba a José Gregorio la virtud teologal de la fe, la esperanza y la caridad”, dice.

Referente al proceso de beatificación, el monseñor aclara que una vez que se cumpla la declaración de la validez jurídica de la investigación diocesana, dada por un decreto por parte de la Congregación para las Causas de los Santos, se aprueba la validez de la estructura procesal exigida por del dicasterio.

Seguidamente, la Congregación para las Causas de los Santos nombra a dos peritos médicos exoficios, de acuerdo a la especialidad médica del presunto milagro, la postuladora en Roma elabora un dossier que contenga todo lo referente al presunto milagro, se sacan dos cuadernillos para el contenido del estudio.

Una vez elaborado el contenido, los peritos médicos, por separado, emiten un voto que puede ser positivo, negativo o duda; lo que prosigue es que la Congregación convoque a siete miembros de la consulta médica para que emitan su posición del milagro.

Dependiendo de la votación pasa a otra etapa, para verificar cualquier duda, porque recordemos que todos los milagros deben ser presentados con sus pruebas”, dice.

Luego se reúne la Comisión de Teólogos quienes estudian “cómo fue la invocación al Venerable doctor José Gregorio Hernández, que puede ser univoca o colectiva”.

De allí, pasa a la Comisión de Obispos y cardenales de la Congregación de las Causas de los Santos para que “ellos den su aprobación” y, por último informar al santo padre de los resultados.

El libro

José Gregorio Hernández Cisneros dedicó su vida como galeno en ayudar a sanar a quienes no tenían cómo pagar los servicios de un profesional, pero fue más allá. El libro “Se llamaba José Gregorio Hernández. El Venerable Siervo de Dios”, escrito por Francisco Javier Duplá y Axel Capriles, y publicado por la editorial Primavera, relata que el adorado médico fue hijo de Benigno Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros, llegando a ser conocido por muchos como “San Gregorio”.

También se interesó en la filosofía hasta el punto de escribir la obra “Elementos de filosofía”, en 1912, que fue todo un éxito, calificado por los expertos como un aporte a esta ciencia humanista en Venezuela. En el texto, Hernández le dice a su gran amigo Santos Aníbal Dominici que sus estudiantes entenderían mejor la fisiología si estudiaran filosofía.

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