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Venezolanos hacen esfuerzo para garantizar encuentro navideño

Para algunos pesa la ausencia de familiares que han emigrado, a los que se suma la crisis económica que ha alterado sus tradiciones

"Nada es igual", es la respuesta común cuando se pregunta a los venezolanos en las calles de Caracas cómo observan y viven la celebración de Nochebuena.

Para algunos pesa la ausencia de familiares que han emigrado, a los que se suma la crisis económica que ha alterado sus tradiciones.

Es casi un lujo tener en la mesa una hallaca, bollo típico navideño, relleno de carnes de res, pollo y cerdo; ni pensar del conjunto que conforman el pan de jamón y la ensalada de gallina. Todo eso sobrepasa la capacidad de compra de la mayoría de los ciudadanos.

Este año haremos arroz con pollo, la hallaca esta vez está difícil. Yo hice mi esfuerzo y logré comprar los estrenos para mi hijo (ropa nueva) y su niño Jesús, pero no tenemos ni hallaca ni árbol de Navidad ni nacimiento (pesebre), pero la verdad es que estamos felices, porque lo más duro ha sido la pandemia, y a pesar de eso estamos vivos", dijo a esta agencia Jose Dos Santos, un trabajador informal del mercado de La Hoyada, en el centro de Caracas.

Cerca de Dos Santos, cientos de personas circulan, la mayoría pregunta precios de juguetes, hallacas, ropas, y van comprando a última hora lo que necesitan para la celebración.

Yo estoy comprando hoy (24 de diciembre) los regalos porque no me quedó de otra, tengo tres trabajos y uno de ellos es instalando persianas y eso lo cobro en dólares, y hoy me pagaron y salí a comprarle las cositas a mi hijo, uno hace un gran esfuerzo y puede", dijo a esta agencia Jander Montesinos, enfermero de 42 años, mientras pagaba en la calle en un camión para que le forraran los regalos.

Cambio de rumbo

Vismaly de Castañeda de 27 años, es quien adorna los presentes de Montesinos y comenta que ella también es graduada de enfermería, y que hace seis meses decidió dejar de trabajar en su profesión.

Aquí estoy, en la parte de atrás de mi carro (automóvil) sin poder ir a un baño, llevando sol, vendo bollos, forro regalos y vendo juguetes, todo para resolver porque no me queda de otra. Lo que ganaba como enfermera no servía para nada y monté mi emprendimiento de hacer adornos con globos y me ha ido mejor", agregó la mujer, quien estaba acompañada por su esposo Javier Castañeda, de 34 años, un ingeniero industrial, que también decidió dejar de trabajar en su profesión para buscar más ingresos.

La mayoría de los entrevistados en el centro de Caracas por esta agencia comentaron que trabajan de forma independiente y aseguraron que para ellos es la única vía para sobrevivir en un país como Venezuela, el cual desde 2015 atraviesa una de las mayores crisis económicas de su historia.

Antes la celebración era mucho mejor. En este momento uno hace lo que se puede. Nosotros no comeremos las hallacas, pero pasaremos un rato juntos. Yo he resuelto porque trabajo como barbero, y también reparando bombas de agua, hay que hacer de todo", dijo a esta agencia Michael Cortez, de 25 años, mientras cortaba el cabello a un niño en el brocal de una calle del centro de Caracas, donde ha instalado una barbería.

Esta crisis, que actualmente afrontan los venezolanos, comenzó con la caída de los precios del crudo a finales de 2014, la principal fuente de ingresos del país, y se agudizó con las sanciones de Estados Unidos y la corrupción.

Hemos hecho milagros. Este año estaré sola con mis hijos, porque mi familia es del interior del país y ni pensar en viajar, porque los pasajes están por las nubes", dijo Raquel Sifontes.

Aunque la dinámica de las celebraciones ha cambiado, y algunas de las tradiciones también, porque cada vez es más cuesta arriba garantizar el cargado plato navideño venezolanos, todos los ciudadanos consultados por la Agencia Sputnik, descartaron que lo más importante es poder compartir junto a sus seres queridos.

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