Vecinos de la urbanización La Pícola denuncian propagación masiva de un “extraño” insecto
Habitantes de la urbanización La Pícola y otros lugares adyacentes a la avenida 15 M con calle 43 de la parroquia Juana de Ávila están afectados por una plaga de insectos, sin identificar, que han aparecido en sus casas y en un botadero de basura cercano al lugar.
Los vecinos del conjunto residencial marabino aseguran que la propagación de los “bichos” se ha generado por la contaminación y la cantidad de desechos que hay en el terreno baldío. El lugar, agrupa otras irregulares desde hace un año, vecinos lanzan y queman basura, hay malos olores y un sinfín de roedores y moscas habitan en ese espacio.
Los animales encontrados, de la familia de insectos, son comparados como una especie de “coquitos”, mariquitas o ácaros como la garrapata. “Su color es negro, su estructura es ovalada. En su mayoría tienen cuatro patas y perfectamente caben en un pulgar del dedo y al matarlos botan un liquido con un desagradable olor”, describió un joven poblador de La Pícola.
Los residentes de esta comunidad aseguran que más de 50 viviendas están afectadas, al tener en cuenta que cada calle está conformada por alrededor de 26 casas, y más de la mitad está plagada de animales. “La contaminación llega hasta la estación de combustible San Jacinto”.
Hace como cuatro semanas pasé por el terreno y cuando veo estaba el nido de insectos. Al percatarnos y correr la voz todos los vecinos comentaron que tenían esos animales en su casa”, describió Paola Cugno, afectada y residente de La Pícola.
Cugno aseguró que entre el lunes y este miércoles se percataron que la población de los insectos era mayor y descubrieron una cantidad sorprendente de nidos dentro del complejo habitacional.
La persona que vive en la esquina de la urbanización, la más cercana de al botadero, nos contó, que ayer fue a sacar una camisa para planchar y estaba llena de esos insectos. Es decir, que en el closet, en todos lados tiene esos nidos”, agregó la zuliana.
Ante la problemática, los ciudadanos han buscado la forma de evitar que los insectos entren en sus casas. “Cosa que parece casi imposible”, según describe Yumary Perdomo, quien a diario esparce un liquido insecticida en las ventanas, puertas y otras grietas o aberturas de su casa. La comunidad también se ha agrupado para cortar el monte que se apodera de la zona.
Cada familia está urgida porque tenemos niños pequeños. No sabemos si esos bichos pican o si se pueden meter en los oídos y empeorar las cosas”, dijo la ama de casa y administradora.
Perdomo habita en la urbanización hace 17 años y es primera vez que en su vida ha visto este tipo de plaga, situación que la “sorprende grandemente”.
En la mañana están tranquilos a medida que va sale el sol, como para las cuatro de la tarde, que está el sol en su pleno apogeo, se alborotan como buscando sombra y se meten en la casa. No nos podemos quedar parados. Los vemos por cualquier lado o dejar de mover para que no se suban al cuerpo. La situación está grave”, describió Perdomo.
Los vecinos de la urbanización aseveraron que se comunicaron con el 911 “se puso la denuncia y nos dijeron que remitirían el caso al órgano competente”. Hasta el momento no han recibido otra respuesta o no han visto que otros entes gubernamentales se acoplen a la problemática.
