Usuarios duermen en colas para surtir gasolina en la Costa Oriental del Lago
Alfonso Martínez, hace viajes para Maicao, zona fronteriza entre Venezuela y Colombia, tardó 16 horas en surtir su camioneta en una estación de servicio de Cabimas, municipio petrolero de la Costa Oriental del Lago.
Paseó entre cuatro gasolineras, hasta que decidió dormir en las afueras de una situada a escasos metros, una situada a escasos metros de las oficinas de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), aunque las autoridades aseguraron que estaba prohibido, es la única solución para muchos conductores, reseña El Pitazo.
Solo así pueden garantizar su puesto en la fila. En los municipios Miranda, Baralt, Simón Bolívar, Santa Rita, Lagunillas y Valmore Rodríguez, la crisis es similar. En algunas estaciones, sus propietarios, han buscado un mecanismo para acelerar el proceso.
A los conductores les entregan tiques con números para organizar la cola. Dólares, comida, colas preferenciales, policías y desespero; así está la situación para surtir combustible en la subregión zuliana. Los usuarios denuncian sobornos a trabajadores y funcionarios de la Guardia Nacional, quienes se encargan de mantener el orden en los alrededores.
El propietario de una estación, bajo la condición de anonimato, explicó que en la estación solo reciben 15.000 litros y con esa cantidad, hay más demanda. “Hay veces que un camión cisterna despacha en dos estaciones para que puedan surtir a la gente que se mantiene esperando”, dijo.
En la Costa Oriental hay alrededor de 43 estaciones de servicio, cerca de 15 en la carretera Lara-Zulia y Falcón-Zulia, las cuales se mantienen con colas de vehículos esperando despacho. Las kilométricas colas recuerdan a los conductores al paro petrolero ocurrido entre 2002 y 2003, cuando la alta gerencia de Pdvsa se enfrentó a Hugo Chávez, donde la escasez de combustible generó caos en todo el país. “Aquí no progresamos, además de la falta de agua, gas y luz, tampoco hay gasolina. Necesitamos soluciones, los zulianos estamos cansados”, cuenta Aníbal Vázquez, quien duerme en una hamaca mientras espera para surtir.
