El diario plural del Zulia

Un río de fe y devoción se volcó hacia la Virgen de la Chinita [+Fotos]

La fe se puso de manifiesto en personas que de rodillas llegaron frente a la imagen de la santa patrona para pagar las promesas

Llegó de rodillas. Pagó la promesa ofrendando con flores a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Desde el barrio Simón Bolívar, en la Circunvalación 2, parroquia Francisco Eugenio Bustamante, donde reside, Doris Rodríguez expresó su fe.

Esta dama nacida en Puerto La Cruz, en el estado Anzoátegui, oriente del país, pero con 26 años de residencia en la capital zuliana, narró su testimonio de fe ante La Chinita.

El pasado domingo 10 comencé a sentirme mal, tuve como una subida de tensión. El lunes 11 fui a una clínica, y allí me evaluaron. Los doctores me dijeron que tenía tanta hipertensión arterial que pude haber corrido el riesgo de sufrir un ACV. Me dio una taquicardia, dijo la entrevistada.

Doris recordó que en esa clínica había una imagen de la Virgen de La Chinita, y en ese momento sintió la necesidad de rogar por su salud.

Me aferré a la Chinita. Le pedí tanto por mi salud, por mis hijos y mi familia. Le dije: 'Sácame de esto, si me haces el milagro voy con flores a ofrendarte, de rodillas', manifestó la feligrés.

Aseguró Rodríguez que el miércoles 13, cinco días antes de cumplir la promesa, se sintió mejor. Acudió a la clínica donde los médicos la evaluaron de nuevo y detectaron que no tenía hipertensión. Afirmó que ella no era hipertensa, por eso le extrañó el evento que sufrió ese domingo 10, que cesó a los días, una vez que colocó su fe en la virgen morena.

Y concretó la promesa. Vestida con una blusa manga larga, azul y blanco, jeans azul, un paño turquesa que cubría el cabello para protegerse del sol, y gomas, llegó caminando de rodillas, desde la entrada del templo. Fue el pago de su fe en La Chinita la que la sanó en cuestión de días, señaló.

Así como ella, otros ciudadanos, desde jóvenes hasta adultos mayores, se acercaron a la patrona de los zulianos, caminando hincados. La más ferviente muestra de fe y de devoción de hombres y mujeres se volcó a Nuestra Señora de Chiquinquirá, en su templo ubicado en El Saladillo.

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