Seis “quimios” escasean desde hace cuatro meses
En enero fue la última vez que Carmen Gutiérrez consiguió Gemcitabina para tratar su cáncer de mama. La angustia despierta a la mujer de 45 años durante las madrugadas. Afirma que desde hace cuatro meses vive en constante “peregrinar” para alcanzar su salud.
“Cuando no hay, no hay. Así quedamos sin cumplir los protocolos porque afuera son muy costosos”, manifiesta en la Farmacia de Alto Costo de Maracaibo.
La ausencia de fármacos oncológicos engruesa las cifras de las víctimas de cáncer en el país. Esa enfermedad se lleva consigo a tres pacientes por hora, según indicó Juan Saavedra, gerente de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), durante una jornada de salud que la institución efectuó en marzo.
“Los ciclos no se cumplen adecuadamente o se hacen a destiempo. Se puede hacer un diagnóstico temprano; pero si el tratamiento no es oportuno, no se obtiene el éxito”.
Jesús Zambrano no consigue ni Carboplatino ni Cisplatino. “Tuve que traer la Gemcitabina de Cúcuta en noviembre para mi esposa, que tiene cáncer de cuello uterino. Por seis ampollas de un gramo y seis de 200 miligramos gasté 40 millones de bolívares para esa fecha”, recuerda.
Yalitza Briceño pagó Bs. 85.000 para viajar desde Bachaquero y adquirir una dosis de Ciclofosfamida, una ampolla de Taxol de 300 mg. y otra de Ondansetron. Lo buscaba para su mamá.
“La mamá de una amiga también está enferma. Me dio sus récipes hace días porque vive en la isla de San Carlos, donde hay mucha escasez. Ni aquí ni allá se consigue lo que ella necesita”, lamentó. El déficit de medicamentos además golpea al Banco de Drogas Antineoplásicas (Badan) y acorta las alternativas.
